Publicidad

VOLVER A CANFRANC DE ROSARIO RARO

Un andén, unas montañas, unos héroes y al final, la libertad

Volver a Canfranc es una novela inolvidable que cuenta con fidelidad unos hechos históricos aún poco conocidos por el público no especializado, deliciosamente novelados y mezclados con algunos personajes de ficción que, por su verosimilitud y su lograda inserción en el relato, muy bien pudieron haber vivido los acontecimientos que se narran.

Volver a Canfranc

Este leve maquillaje literario, que la autora honestamente revela al final del libro, no deforma, sino que adorna la realidad histórica y contribuye a subrayar, de una manera muy amena y llena de emoción, el importante papel que desempeñó ese paso fronterizo durante la Segunda Guerra Mundial.

La historia resulta atractiva desde las primeras páginas, en las que se describe el apagón que provoca Laurent Juste en la estación internacional de Canfranc, burlando la vigilancia de los militares alemanes, para ayudar a huir a un nuevo grupo de judíos llegado clandestinamente.

Si hay novelas famosas por sus comienzos, esta podría ser una de ellas.Faltaban pocos minutos para las cuatro de la madrugada y de forma automática, sin pensarlo, en un intento inconsciente de buscar el refugio que siempre proporcionan las costumbres, Laurent Juste jefe de la aduana internacional de la estación de Candranc, encendió una cerilla y su llama escasa lo iluminó, Juste tapó el resplandor con su espalda para que, afuera, los guardias no percibieran el menor indicio de su presencia.

Sin embargo, él los intuía muy cerca; en el centro de su imaginación cada sombra vestía abrigo alemán. Escuchan amplificados los mil sonidos mínimos que componen la noche como heraldos que anuncian su detención.

Así comienza un relato que va tomando cuerpo y ramificándose, sin perder el hilo central, y que cuesta dejar de leer. En él no se soslaya la realidad, en ocasiones muy dura, de lo que fue la contienda; y sin embargo, Volver a Canfranc es, en su conjunto, una novela que deja una sensación gratificante y que reconcilia con la vida y con las personas.

La autora establece una relación casi "juguetona" con el lector, utilizando algunos juegos de palabras, planteando enigmas que finalmente quedarán desvelados y, en definitiva, apelando mediante el ingerido a la inteligencia de quien lo lee.Escrita con primor hasta en sus mínimos detalles - las piezas concretas de música que suenan en determinados momentos, las descripciones del entorno, las leyendas pirenaicas-, los lectores pronto se verán ligados al relato y a sus protagonistas a través de una viva tensión emocional.

Publicidad