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TRAS DOS AÑOS DE RESTAURACIÓN

Adán y Eva de Durero, una restauración que les devuelve al Paraíso de El Prado

Después de dos años de restauración por parte de los mejores expertos mundiales, los cuadros Adán y Eva de Alberto Durero regresan a las salas públicas del Museo del Prado.

Los cuadros han necesitado una profundísima restauración ya que las tablas que sirven de soporte a las pinturas estaban muy deterioradas.

Los avatares que han vivido ambos cuadros a lo largo de su vida y unas restauraciones previas hechas con muy poca profesionalidad (especialmente en el siglo XIX) habían provocado numerosas grietas, pérdidas de pintura, fisuras, pérdida de los colores originales.

Se llegó incluso hace siglo y medio a añadir un soporte trasero que le diera fijeza, un soporte que se sujetó poniendo tornillos que atravesaban por varios puntos la propia pintura. Los agujeros que dejó aquella maniobra han tenido ahora que ser rellenados y repintados tras un estudio minucioso de los colores empleados originalmente por Durero.

En estos dos años se ha procedido a hacer una primera limpieza de las pinturas, después se ha restaurado la parte posterior de los cuadros para estabilizar el soporte, incluso instalando unos pequeños muelles que permiten que la tabla se arquee pero sin que esto afecte a la pintura.

Después, el equipo de restauración del Museo del Prado ha he hecho una limpieza profunda de la capa pictórica, eliminando barnices oxidados, repintes posteriores, polución y golpes, y restaurando grietas y zonas que habían perdido la pintura. Maite Dávila, jefa de Restauración del Museo del Prado, ha asegurado que era más gruesa la capa de pinturas y barnices posteriores que la capa de pintura original de Durero.

Durante cuatro meses Adán y Eva podrán contemplarse en una de las galerías centrales de la pinacoteca junto a una exposición audiovisual que explica este complejo proceso de restauración.

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