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EN UN EXPERIMENTO CON RATONES

¿Por qué nos gusta comer patatas fritas? Científicos norteamericanos lo descubren

El impulso que nos empuja a comer patatas fritas a veces es difícil de controlar. Cuando se empieza picando un aperitivo con sal, se acaba devorado "a dos carrillos". Una Universidad norteamericana ha descubierto cómo frenar esa neurona, pero de momento sólo en animales.

Cuántas veces hemos odio la frase: "Yo es que soy más de salado". La afición por el salado tiene una explicación. Los investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han elaborado un estudio publicado por la revista 'Nature' que explica este fenómeno.

El estudio, probado con ratones, demuestra el ion que se encuentra en la sal de mesa, tiene un papel fundamental en nuestras funciones corporales como la actividad cardiovascular, el balance de líquidos y la señalización nerviosa. Por ello, cuando los niveles de iones bajan, nuestro cerebro desencadena señales específicas de apetito que impulsan a su consumo.

Los investigadores han descubierto una pequeña población de neuronas en el cerebro posterior del ratón que controla el impulso para consumir sodio. Posteriormente, los investigadores observaron que la estimulación artificial de las neuronas hizo que los ratones lamieran un trozo de sal de roca repetidamente, incluso cuando sus cuerpos estaban completamente saturados de sodio.

A los pocos segundos de que el sodio golpeara la lengua del animal, se inhibió la actividad de las neuronas del apetito de sodio. En conjunto, la investigación muestra que las señales orales de sodio, probablemente mediadas por el sistema del gusto, son necesarias para inhibir las neuronas del apetito de sodio.

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