Medusas
Las medusas, las turistas mas indeseadas y las que más visitan las costas del Mediterráneo este verano
Este verano no solo trae olas de calor... también auténticas oleadas de medusas. El aumento de la temperatura del agua ha convertido el Mediterráneo en un paraíso para estos animales, y todo apunta a que estamos viviendo el año con mayor presencia en décadas. Hablamos con María Pascual, doctora en Ciencias del Mar, para entender por qué sucede y qué hacer si una nos pica.

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Es una mañana de verano. Vacaciones. El bañador, la toalla, las chanclas. El sol aprieta y el plan es claro: llegar a la playa y meterse directo al agua. Pero ahí, justo en la orilla, una medusa flota como si estuviera esperándote. La escena se repite en muchas costas del Mediterráneo este 2025, y no es casualidad.
Pero no hay que alarmarse. María Pascual Torner, Doctora en Ciencias del Mar e Investigadora postdoctoral en ICM-CSIC, hace un llamamiento a la calma: "Que este año podamos ver más o menos medusas, no significa que los siguientes años vaya a haber más". Según los datos, a nivel global aún no se puede demostrar esa tendencia al alza. Sin embargo, hay algunas zonas en las que ya sí se ha podido observar. Para tener una respuesta clara tiene que pasar tiempo: "Las medusas son cíclicas. Eso significa que sus poblaciones, su forma de reproducirse es tan variable que quizás este año vemos más medusas, pero de aquí a dos años tenemos un verano en el que prácticamente no hay", explica María.
¿Por qué vemos más medusas?
Por un lado, los motivos de que se produzca ese aumento de medusas serían puramente físicos: "Porque la mayor parte de las medusas forman parte del plancton y, por tanto se mueven por las corrientes. Si hay un periodo en el que las corrientes las concentran en una playa, ahí vamos a ver más medusas, pero no obligatoriamente porque se hayan reproducido más".
Por otro lado, está la parte biológica, donde se incluye el incremento de la temperatura del agua, la reducción de especies depredadoras debido a la sobrepesca, aguas contaminadas donde resisten y vencen a otras especies y el aumento de los 'fondos duros': "En la costa cada vez se construyen más espigones o estructuras que son sustratos duros, superficie donde podrían asentarse la parte del ciclo de las medusas que se engancha en el fondo". En otras palabras: "Nosotros vemos las medusas, pero durante todo el año la misma especie esta en una forma de pólipo. Eso se engancha en el fondo y es lo que cada año produce nuevas medusas. Si esos pólipos tienen más superficie para crecer, al año siguiente podríamos tener más medusas".
Estos invertebrados marinos aparecen antes y se quedan durante más tiempo en el litoral debido al aumento de la temperatura del agua. Además, la hipótesis que se está barajando es que las colonias de pólipos que liberan las medusas una vez, lo hicieran más veces. Motivos por los que el tiempo y el número que permanecen cerca de la orilla provocase ese en los últimos años.
Las olas de calor marinas han elevado la temperatura del agua hasta 5ºC más de lo habitual en algunos puntos, acelerando el ciclo de vida de las medusas y multiplicando su número, pero "el efecto de la temperatura depende de la especie que estemos mirando. Hay especies que con una temperatura demasiado alta también se ven perjudicadas", añade María.
Urticantes pero necesarias
A pesar del recelo que suelen generar, las medusas son esenciales para los ecosistemas marinos y su presencia es un indicador de buena salud en el mar. "Son alimento de muchísimas otras especies", recuerda María. Además, cuando hay un gran número de medusas y mueren, van todas al fondo, produciéndose lo que se denomina 'jellyfall' (cascada de medusas): "cuando van al fondo, ahí están todos los organismos que se alimentan de lo que les cae de arriba, pudiendo utilizar el cuerpo de la medusa como alimento".
¿Qué hacer ante una picadura?
Aunque las medusas son vitales para los ecosistemas marinos, acercarse a ellas puede tener consecuencias dolorosas. Por ello, es importante conocer cómo actuar en caso de picadura de medusa. María Pascual recomienda acudir a los equipos de socorrismo y salvamento, que poseen la formación necesaria. También advierte: "La medusa no tiene por qué estar viva para que te pique". De modo que, cuando algunas personas sacan las medusas del agua -algo que la Doctora no aconseja-, y las tocan, también pueden atacar.
En caso de picadura, primero se deben retirar los restos de tentáculos que puedan haber quedado o de células urticantes que aún no se han disparado. La mejor manera de hacerlo es mediante algún objeto duro como una tarjeta y abundante agua de mar. También es muy importante no rascarse. Y por último, aplicar frío: "esto hace que ese veneno se expanda lo mínimo posible y que se reduzca la inflamación".
Si a pesar de seguir los pasos anteriores se siguen manteniendo los síntomas, María aconseja acudir a un centro médico. Una vez finalizado el proceso, la clave está en tratar la picadura como si se tratase de una herida: limpiarla y evitar la exposición al sol hasta que se cure.
Las especies que más se avistan en las costas
Pelagia noctiluca -pequeña, púrpura y urticante- se ha convertido en la protagonista indeseada del verano, acompañada de otras especies como la medusa "huevo frito" (Cotylorhiza tuberculata), más llamativa que peligrosa, y la Rhizostoma pulmo, grande y gelatinosa, pero de picadura más suave.
Según advierte María Pascual, en el caso de las carabelas portuguesas, "que es de las más urticantes, la mejor manera de prevención es no bañarse y hacer caso a los servicios de socorrismo". Esta especie puede llegar a tener unos tentáculos muy largos, alcanzando hasta los 10 metros aproximadamente, y cuya toxina puede seguir activa varias horas después de que el animal quede varado en la playa.
En playas de Cataluña, Comunidad Valenciana o Baleares ya se han activado sistemas de aviso y aplicaciones como MedusApp para alertar a los bañistas. Y aunque un encuentro con una medusa no siempre significa picadura, conviene recordar: no frotar la zona, enjuagar con agua de mar, aplicar frío y acudir al médico si los síntomas empeoran. Y recuerda, si viajas a las costas mediterráneas este verano, puede que te estén esperando en el agua algunos integrantes no muy deseados que dejen como souvenir una picadura.
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