Capa de Ozono
¿Se está cerrando realmente y por qué el agujero de la capa de ozono?
El agujero de la capa de ozono se está cerrando y aunque no deja de ser algo estacional y no definitivo indica que se va por el buen camino.

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Hace 40 años se lanzaba la voz de alarma a nivel mundial: un agujero se estaba abriendo en la capa de ozono sobre la Antártida. Hoy, cuatro décadas después de aquel inquietante y amenazador hallazgo científico, la histórica respuesta internacional dibuja un futuro esperanzador en esta zona del planeta, gracias en buena parte a la reducción del uso de clorofluorocarbonos o CFC.
Joe Farman, Brian Gardiner y Jonathan Shanklin, tres científicos británicos pertenecientes al British Antarctic Survey, publicaban en mayo de 1985 un artículo en la revista 'Nature' que iba a generar un antes y un después en las políticas medioambientales y en la forma de responder a los desafíos que amenazan la vida en el planeta Tierra.
En esa publicación, estos tres científicos confirmaron a través de mediciones la reducción significativa de la capa de ozono sobre la región Antártida, en concreto sobre las estaciones antárticas de Halley y Faraday. Un grave problema generado por el uso de compuestos clorofluorocarbonados (CFC), sustancias utilizadas en refrigeración, aire acondicionado, espumas contra incendios e incluso lacas para el cabello. Ese inquietante y amenazador hallazgo científico provocó una respuesta unánime de decenas de países, que negociaron y firmaron el Protocolo de Montreal (entró en vigor el 1 de enero de 1989).
La histórica respuesta internacional llevada a cabo gracias al Protocolo de Montreal ha logrado una reducción notables de los denominados CFC y, en consecuencia, de la disminución de los niveles de ozono sobre la Antártida. El último Boletín de Ozono 2024 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado en septiembre de 2025, confirma que en 2024 se registraron "valores altos de las columnas de ozono total medio en comparación con la distribución geográfica promedio a largo plazo entre 2003 y 2022". En el 'Boletín de la OMM sobre el ozono y la radiación UV' se llega a asegurar que se han detectado "anomalías positivas con valores superiores a 40 unidades Dobson sobre el Ártico canadiense".
La gran pregunta que durante muchos años se han hecho muchos científicos e investigadores es hasta que punto esa recuperación de la capa de ozono, vital para la vida en la superficie de la Tierra, respondía a la reducción de compuestos clorofluorocarbonados o a factores atmosféricos naturales, como la variación de los vientos ecuatoriales o episodios como El Niño. La OMM lo tiene claro y, pese a admitir la influencia de diversos factores a la hora de explicar el aumento de los niveles de ozono, sostiene la "confianza en la recuperación continua del ozono estratosférico antártico atribuible al éxito del Protocolo de Montreal y su aplicación en curso".
La conclusión a la que ha llegado la OMM en su último Boletín de Ozono 2024 es compartida también por un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicado en la revista 'Nature' y que confirma que la recuperación de la capa de ozono sobre la Antártida es resultado directo de la reducción de sustancias CFC, responsables dela agotamiento del ozono en las últimas tres décadas. Susan Solomon, profesora de Estudios Ambientales y Química y autora del citado estudio, explica que han aplicado el método de 'huella dactilar', del que fue pionero Klaus Hasselmann, galardonado con el Premio Nobel de Física en 2021, para medir el grado de recuperación de la capa de ozono tras la reducción de sustancias que lo agotan por parte de los seres humanos. Solomon detalla que sí existe una relación directa, con un grado de confianza del 95%, entre la reducción de esas sustancias y el incremento del ozono y la reducción del denominado agujero de la capa de ozono.
"En torno al año 2034, podríamos llegar a ver un año en el que no se produzca ningún agotamiento del agujero del ozono en la Antártida... Y algunos de ustedes verán cómo el agujero de ozono desaparece por completo durante sus vidas", apunta Susan Solomon.
Desde la Newsletter de Antena 3 Noticias hablamos con Andrés Pantoja, meteorólogo, para explicar de una forma cercana qué está ocurriendo concretamente.
¿Qué es la capa de ozono y cuál es su función?
La capa de ozono es una capa alta de la atmósfera, ubicada entre 12 y 30-40 km de altura, cuya principal función es proteger la superficie de la Tierra de las longitudes de onda más cortas de la luz ultravioleta de sol.
Sin ese efecto protector que ejerce la capa de ozono, la vida sobre la superficie terrestre podría sufrir graves daños, desde daños genéticos en microorganismos a mayores casos de cáncer en humanos, pasado por blanqueamientos de la clorofila o cegueras de diverso tipo. "El agujero de la capa de ozono se ha cerrado sobre la Antártida, sí, pero hay que subrayar que esto es un acontecimiento estacional. Con toda seguridad volverá a abrirse en 2026, aunque vamos por el buen camino", explica Andrés Pantoja, para añadir a continuación: "Son buenas noticias porque es el cierre más temprano registrado desde que se detectó la anomalía en la capa de ozono en la década de los años 70 del siglo pasado. Ha ocurrido evidentemente por las medidas adoptadas desde finales de los años 80 y por las condiciones de la dinámica atmosférica en la estratosfera, capa de la atmósfera donde se encuentra la capa de ozono y se produce su destrucción, cosa que también ocurre en mayor medida por las características que predominan después del invierno antártico".
Pero hay que indicar que esta no es la primera vez que el temido agujero se cierra. "Ya se habían medido cierres anteriormente, el 2024 también podría calificarse como un buen año, pero éste ha sido en el que se ha producido más rápidamente desde 2019. También ha sido relativamente pequeño en comparación con otros, como los que se midieron entre 2020 y 2023, que fueron de gran tamaño y duración. Tanto el agujero de ozono como su cierre han sido una constante año tras año. Sin embargo, no se puede dar por sentado que este paraguas protector de la radiación solar está a salvo aunque sí que vamos en la dirección correcta".
El Protocolo de Montreal y el Convenio de Viena
"No podemos dar por concluida esta cuestión pero sí sabemos que los esfuerzos realizados han dado resultado. El agujero de la capa de Ozono da señales de estar en recuperación", explica Andrés Pantoja. El 22 de marzo de 1985 se firmó en Viena el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, un acuerdo medioambiental multilateral ratificado por 197 países y que representa uno los tratados más exitosos de todos los tiempos en esta materia.
Sus objetivos concretos se detallaron en el Protocolo de Montreal, que entró en vigor el de enero de 1989, y que estableció la reducción de los niveles de consumo y producción de CFC según el nivel de desarrollo de cada una de las economías de los países firmantes. "A partir de ahí lo que queda demostrado es que las acciones coordinadas a nivel mundial dan el fruto esperado y como sociedad global tenemos la capacidad de resolver problemas ambientales. Debemos recordar que si no se hubieran tomado medidas la destrucción de ozono habría alcanzado niveles catastróficos", añade el meteorólogo.
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