Son imágenes nunca vistas del hundimiento de la plataforma petrolífera. Ocurría hace un mes. Murieron once personas, de las que apenas se ha hablado. La magnitud del desastre y los efectos sobre el ecosistema se prevén devastadores.
De momento, 80 kilómetros de costa y playa han sido ya alcanzadas por la marea negra. Los fondos marinos no se salvan. Incluso los peces nadan en medio del crudo que se escapa sin remedio. Los habitantes de los alrededores descubren ya los daños. Las cifras de las pérdidas son todavía provisionales y el grupo petrolero BP aseguraba esta semana poder contener hasta 5.000 barriles diarios.
BP forma voluntarios que ayuden a retirar lo que va llegando a las costas. En Alabama, los equipos de limpieza se preparan para la llegada del vertido. El martes próximo, dice BP, inyectarán barro en el pozo dañado para intentar sellarlo definitivamente.
La petrolera ha prometido ser "transparente" en su respuesta al derrame de petróleo en el golfo de México, en una carta enviada al Departamento de Seguridad Nacional y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
La compañía agrega que lleva a cabo un esfuerzo por informar en su página web donde, a través de una cámara submarina, transmite en directo el petróleo que sale del pozo, una medida que tuvo que tomar por la presión gubernamental y ciudadana para conocer la cantidad real de crudo que se escapa a las aguas del golfo.
ENLACES: • El imparable desastre ecológico del Golfo de México • Tres meses para detener el vertido • Así se escapan 800.000 litros al día • La visita de Obama al desastre
