El grafeno es uno de los materiales más soprendentes que existen, tiene tantas propiedades que podría aplicarse en multitud de industrias. Además de ser flexible y fino, es el más duro del mundo y también conduce la electricidad. Solamente carecía de una cosa, el magnetismo.
Ahora, un grupo de científicos españoles ha conseguido otorgarle ese don magnético, mediante la unión del grafeno con moléculas vivas. Las consecuencias de este descubrimiento son trascendentales, pudiendo cambiar el mundo en los próximos años con importantes cambios en la industria de la telefonía móvil, las telecomunicaciones, la fabricación de chips e incluso la forma de elaborar fármacos contra el cáncer.
El magnetismo permite aumentar la capacidad de almacenamiento de los dispositivos, por ejemplo de un pen drive o un disco duro, multiplicándola por millones de veces. Con este descubrimiento, los científicos creen que podrían hacer crecer neuronas sobre el grafeno y controlar sus impulsos, lo que ayudaría a combatir muchos males neurológicos.
Para obtener el grafeno magnético, los investigadores españoles utilizaron un microscopio que reproduce exactamente las condiciones del espacio con una presión mínima y una temperatura de 270 grados bajo cero.
Este derivado del grafito es 200 veces más resistente que el acero y el material más elástico que se conoce. Al mismo tiempo es un excelente conductor del calor y la electricidad, un 230 por ciento más rápido que el silicio y además impermeable. Con todo este abanico de cualidades no extraña que el grafeno se haya convertido en el material del futuro para una gran multitud de industrias, lo que le hace capaz de generar una revolución mundial que muchos comparan con la que supuso el plástico en su momento.
Entre la multitud de sus aplicaciones prácticas, este material de ciencia ficción puede convertir en flexibles los teléfonos móviles, haciendo que su pantalla se pueda doblar o estirar, o bien crear un papel electrónico irrompible.
