Se autolesionaba, dejó de comer, se le caía el pelo. Son las consecuencias de vivir durante meses amenazada: o grababa un vídeo pornográfico o mataba a su familia. Es lo que ha contado detrás del biombo una joven que era menor cuando este hombre contactó con ella por messenger y tuenti.
La defensa cree que la joven era muy fantasiosa, problemática y enganchada a internet. La acusación afirma que hay hechos que no se pueden inventar.
Piden para él 4 años de prisión. Pero podría haberse enfrentado a 40 años de cárcel porque inicialmente se presentaron 12 víctimas. El juez anuló las pruebas de 11 menores porque entiende que los datos de las redes sociales se obtuvieron sin permiso judicial. Aún así el fiscal quiere recurrir y solicitar un nuevo juicio para juzgarle por esos otros casos en los que utilizaba el mismo modus operandi: ganarse su confianza y después, con amenazas, obtener vídeos sexuales.
