Santiago y Teresa han abandonado finalmente Melilla para establecerse en Algeciras. Allí, Santiago Fisterra sigue trabajando como transportista de cargamentos ilegales a la península en su lancha rápida. Sin embargo, ahora tiene una nueva socia en el negocio: la propia Teresa Mendoza que no está dispuesta a quedarse más veces en tierra pensando en que cada trabajo de Santiago puede ser el último. Si algo sale mal, serán los dos los que caigan, pero juntos.
Por otra parte, Patricia O' Farrell y su novio, Jaime, tienen que esconderse de Oleg, un terrible mafioso ruso al que el segundo ha escamoteado medio kilo de coca. La policía controla los pasos de ambos bandos, pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que sus vidas no corran peligro.