Fármacos adelgazantes
¿Por qué de la mitad de quienes toman fármacos adelgazantes los dejan al año? El coste y efectos secundarios tienen la respuesta
Un estudio con 77.000 adultos sin diabetes revela que el 52% interrumpió tratamiento con semaglutida antes de cumplir un año; en España, altas tarifas, desigualdades económicas y alertas por uso ilegal complican la situación.

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Un reciente estudio poblacional presentado en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, celebrado en Viena, ha descubierto que más de la mitad de los adultos obesos sin diabetes que inician tratamiento con semaglutida en Dinamarca lo abandonan en menos de un año.
El trabajo, realizado sobre una cohorte de más de 77.000 personas, observó que el 52 % de los participantes había dejado de tomar el medicamento al cumplirse los doce meses. Se detectaron diferencias significativas dependiendo del sexo, la edad y la situación socioeconómica: los hombres mostraron un riesgo un 12% mayor de abandono que las mujeres; los jóvenes (18-30 años) tenían hasta un 50% más probabilidad de interrumpir que los adultos de 45-60 años; quienes vivían en barrios con ingresos bajos presentaron un riesgo un 14% mayor.
Coste mensual que oscila entre 170 y 400 euros
En España, ese fenómeno se reproduce con matices propios. El endocrino Cristóbal Morales, del Hospital Vithas de Sevilla, advierte de que aunque muchos pacientes observan resultados —bajan peso—, según informa El País, muchos abandonan por razones económicas, puesto que los medicamentos no están subvencionados para la obesidad. Los agonistas del receptor GLP-1, como semaglutida, tienen un coste mensual que oscila entre 170 y 400 euros para el paciente. Esta barrera económica se suma al mayor impacto social: la obesidad, ya reconocida como enfermedad.
Otro factor decisivo en el abandono es la presencia de efectos secundarios, especialmente al principio del tratamiento o cuando no hay supervisión médica constante. Náuseas, molestias digestivas, sensación de saciedad constante que puede interferir con la vida social, y la tendencia a que algunos pacientes utilicen dosis mayores de las necesarias o tratamientos sin seguimiento profesional.
Además, surge una alerta reciente en España y Europa: la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Red de Jefes de Agencias de Medicamentos (HMA), junto con la AEMPS, han advertido sobre el aumento de medicamentos ilegales que se comercializan como agonistas de GLP-1 (como semaglutida, liraglutida o tirzepatida). Estos productos se promocionan a menudo en sitios web fraudulentos o redes sociales, y no están autorizados, lo que implica riesgos de seguridad, calidad y eficacia.
El peso perdido tiende a recuperarse
Estudios adicionales muestran que la discontinuación de este tipo de fármacos no es exclusiva de un país. Otro análisis reveló que la tasa de abandono alcanza el 53,6 % al año y se eleva al 72,2 % en dos años entre adultos sin diabetes y obesidad tratados con agonistas de GLP-1. Asimismo, se ha documentado que cuando se detiene el tratamiento, la mayor parte del peso perdido tiende a recuperarse relativamente pronto.
Finalmente, algunos hallazgos apuntan a posibles estrategias para reducir el abandono: ejercicio regular, mantenimiento de hábitos saludables, seguimiento médico riguroso, uso de dosis intermitentes o microdosis. Si bien estas alternativas se han observado en pacientes reales, aún carecen de aval científico definitivo para generalizar su uso. Morales insiste: la obesidad es una enfermedad crónica, y su tratamiento debe plantearse también como crónico, no como solución temporal.
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