Sabina permanece retenida acusada de la liberación de Altea, pero el tiempo corre en su contra: Galba ordena su muerte ante todo el campamento. Fabio hace todo lo posible para salvarla pero si quiere librarla de la muerte, Fabio tendrá que pasar por encima de su padre. Fabio consigue que sabina huya del campamento.
Mientras Galba, consciente de que fue su hijo quien ayudó a liberar a Altea, se convence de que tiene que endurecer a Fabio para convertirlo en el general despiadado que espera de él. Para eso está dispuesto a ponerle a prueba.
Galba le encomienda que dirija el ataque sobre el poblado de Caura, y que sea inclemente con los hispanos, que mate todos los que pueda.
De nuevo en la sierra y ajenos al consejo, Viriato y los suyos vuelve a hacer su guerra desde las montañas. Lo que no sabe Viriato es que será Caura quien sufrirá las consecuencias de su acción contra Roma. Y es que Galba se ha propuesto conquistar Caura y para conseguirlo contará con un aliado inesperado.
El aliado es Bartar, uno de los líderes hispanos que le tiene al tanto de las maniobras rebeldes; así consigue que Darío conduzca al ejército hispano fuera de Caura, dejando el pueblo sólo con mujeres, ancianos y niños; y ese momento lo aprovechan los romanos para atacar y apoderarse del pueblo.
Viriato advierte a dario sobre la posible trampa. Darío no quiere creerle y finalmente paga las consecuencias. los romanos se hacen con el poblado.
Por su parte, Altea sigue sin recordar su pasado. Viriato está desesperado pero puede que la ayuda de una persona a la que no ha pedido ayuda haga cambiar la situación.