No hay pistas nuevas tres años después de la desaparición de Sonia Iglesias

Sonia Iglesias salió de su barrio de San Roque en la mañana del 18 de agosto del 2010 acompañada por Julio Araujo, su marido, y su hijo de 9 años. Se dirigió a una cafetería cercana para desayunar y tras dejar unos zapatos para arreglar, estuvo en el centro de Pontevedra para terminar unos recados. Se despidió de su pareja y ya nadie volvió a saber de ella. Nunca llegó a la cita que tenía con su hermana ni se incorporó a su trabajo. De hecho fue su pareja, más tarde centro de la atención de los investigadores, quien alertó a la Policía.

Lo único que se sabe con certeza es que la cartera de Sonia apareció en el poblado chabolista de Obau en las afueras de la ciudad y posteriormente se encontró su DNI en su barrio de residencia. la Policía, la Guardia Civil y muchos vecinos buscaron a Sonia sin descanso pero no hubo suerte.

La hermana de Sonia, Mari Carmen teme que el caso de Sonia se convierta en una desaparición sin solución. "Tenemos la esperanza de que algún día al menos podamos encontrar sus restos, pero la esperanza en la Justicia va decayendo".Julio Araujo, sigue imputado y ostenta la patria potestad del hijo de ambos. "Él sabe mucho más de lo que dice pero en este país no es delito mentir".