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MITOS Y VERDADES

¿Qué hay de verdad en aquello de que "hay que adelgazar por salud"?

¿Cuándo podemos considerar que una persona con sobrepeso u obesidad tiene mayor riesgo de padecer cáncer, hipertensión o diabetes tipo 2?

Chica subida a una báscula con una manzana en una mano y un dulce en la otra.

Chica subida a una báscula con una manzana en una mano y un dulce en la otra.iStock

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El concepto "adelgazar por salud" ha sido mencionado en tantas ocasiones que parece haberse cargado de sentido.

Sin embargo, un peso elevado no está reñido con la salud, del mismo modo que la delgadez no te libra de multitud de enfermedades relacionadas con los malos hábitos.

Si acudimos al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este nos confirma que un peso elevado está relacionado con un mayor riesgo de afecciones como diabetes tipo 2, hipertensión y cáncer. Sin embargo, cualquiera de estas enfermedades se observan con frecuencia en población con normopeso.

"No es aceptable que un profesional médico se niegue a valorar detenidamente a un paciente y culpe directamente a su peso de cualquiera de las patologías que sufre".

Javier G. García, Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

La clave, en la mayor parte de los casos, no se halla en el peso en sí, sino en el tipo de alimentación escogida y en la actividad física. Puede que exista un porcentaje representativo de personas con peso elevado cuyos malos hábitos hayan contribuido al desarrollo de enfermedades, pero desde luego no se puede trasladar a la totalidad de los casos.

Por eso, no es aceptable que un profesional médico se niegue a valorar detenidamente a un paciente y culpe directamente a su peso de cualquiera de las patologías que sufre. Una persona activa con sobrepeso tendrá en muchos casos un mejor estado de salud que una persona sedentaria en normopeso.

Consecuencias del sedentarismo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, como hemos comentado en algunas situaciones, unas pautas de actividad física para esquivar las consecuencias del sedentarismo.

Si pasamos muchas horas sentados en nuestro trabajo, y además no nos obligamos a movernos, estaremos más expuestos a sufrir cáncer, osteoporosis o hipertensión, entre otras patologías. De hecho, el riesgo de padecer diabetes tipo 2 crece en las personas sedentarias nada menos que un 112%, segus estos datos.

¿Sirve el IMC para evaluar la salud de la persona?

El Indice de Masa Corporal se calcula dividiendo el peso entre la estatura al cuadrado. Se considera que tienen exceso de peso aquellas personas que obtienen un valor superior a 25.

Sin embargo, este resultado es fiable sólo en los casos en los que la persona no practique nada de ejercicio físico. En una persona activa, debe tenerse en cuenta que el músculo incrementa la masa muscular.

Tener un peso elevado por tener mucha masa muscular no es negativo, sino completamente lo contrario. Pensemos en una persona muy musculada y con poca grasa. Su IMC va a estar por encima de 25, pero sería absurdo decir que tiene sobrepeso u obesidad.

Este caso en concreto es el extremo, pero nos resulta útil para ser conscientes de que el IMC no es un dato que nos proporcione la información necesaria.

¿Qué medidas son más fiables que el IMC?

Además de la medición del Índice de Masa Corporal, se puede usar otros índices e indicadores, en función de la información que interese en cada caso.

ICC (Índice Cintura Cadera)

Consiste en dividir el contorno de la cintura entre el de la cadera. Es un indicador más efectivo para determinar un exceso de peso y de riesgo de enfermedad coronaria. Es riesgo es bajo si está por debajo de 0,80 en mujeres y de 0,95 en hombres.

Composición corporal

Con una báscula de bioimpedancia se puede conocer cómo está distribuido el peso corporal, es decir, porcentaje de grasa, peso muscular, porcentaje de agua, nivel visceral, etc. Este indicador es mucho más preciso, ya que nos permite conocer la composición corporal y si es conveniente reducir o no el porcentaje de grasa.

DEXA

Es un examen dedensidad ósea, que se utiliza generalmente para evaluar si hay o no osteoporosis y, en el caso de haberla, en qué nivel se encuentra.

Además, es la mejor herramienta para conocer de forma muy precisa la composición corporal. Obtener esta información es menos accesible al público general porque debe ser prescrita por un médico y tiene un precio en un centro privado.

Una vez disponemos de esa evaluación, podremos concluir con mayor conocimiento si de verdad ese exceso de peso está relacionado con el riesgo de padecer una enfermedad.

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