CUIDA TU HERIDA
¿Qué tipo de tirita necesitas según tu herida? La OCU lo aclara
Cuando nos hacemos una herida, lo habitual es limpiarla y poner una tirita. Pero ¿sabías que no todas son iguales? Según la OCU, elegir el apósito adecuado puede marcar la diferencia en la curación.

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Cuando nos hacemos una herida, el primer impulso suele ser limpiarla rápidamente y cubrirla con una tirita. Sin embargo, no todas las tiritas están pensadas para lo mismo. De hecho, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos recuerda que cada tipo de apósito está diseñado para una necesidad concreta, según el tamaño, profundidad, zona del cuerpo, nivel de exudado o fase de cicatrización de la herida. Elegir bien el apósito puede marcar la diferencia entre una curación rápida o una herida que se complica.
Tipos de tiritas y apósitos según la OCU: ¿cuál usar según la herida?
- Tiritas clásicas. Suelen ser de tela o plástico, con una pequeña almohadilla central para cortes y rasguños leves. Las encontrarás en múltiples tamaños y formatos, incluso en rollos que puedes cortar a medida.
- Tiritas de tela elástica. Perfectas para zonas con mucho movimiento como dedos, codos o rodillas. Están fabricadas con tejidos flexibles que se adaptan a la piel sin despegarse, además de ser transpirables y cómodas para un uso prolongado.
- Tiritas impermeables. Ideales para cuando la herida puede entrar en contacto con el agua. Su material plástico crea una barrera frente a la humedad, suciedad y bacterias. Permanecen bien adheridas incluso tras duchas o baños.
- Tiritas transparentes. Conocidas como apósitos de película, permiten ver la herida sin necesidad de retirarlas. Son impermeables, transpirables y se adaptan bien a zonas móviles. Se usan en quemaduras leves, incisiones quirúrgicas o zonas con catéteres.
- Tiritas para piel sensible. Fabricadas con materiales hipoalergénicos, sin látex y con adhesivos suaves. Son ideales para bebés, personas mayores o pieles con afecciones. No irritan ni dañan al retirarlas, lo que las hace aptas para cambios frecuentes.
- Tiritas acolchadas. Diseñadas para proteger heridas en zonas sensibles o con fricción, como talones o dedos del pie. Su acolchado extra amortigua impactos y evita que la herida empeore con el roce.
- Apósitos hidrocoloides (tipo Compeed). Indicados para heridas con exudado, como ampollas o rozaduras. Al contacto con el líquido, forman un gel que mantiene la humedad, favoreciendo la cicatrización. Son impermeables, acolchados y no necesitan vendajes extra.
- Apósitos de alginato. Elaborados con fibras de algas pardas, son muy absorbentes y perfectos para heridas profundas con abundante exudado. Ayudan a prevenir infecciones, pero no deben usarse en heridas secas.
- Apósitos antimicrobianos. Contienen agentes antisépticos que previenen infecciones en cortes o raspaduras. Aunque se venden sin receta, conviene usarlos con seguimiento médico si la herida es persistente o está inflamada.
- Apósitos de espuma. Absorben el exudado, controlan el olor y bloquean bacterias. Son comunes en úlceras por presión, quemaduras o injertos. Vienen en versiones adhesivas y no adhesivas, y permiten dejar la herida cubierta varios días.
- Apósitos de colágeno. Especialmente útiles para heridas crónicas, quemaduras o quirúrgicas. Estimulan el crecimiento de nuevas células y ayudan a eliminar tejido muerto, favoreciendo una cicatrización más rápida y profunda.

¿Cómo utilizar correctamente una tirita?
Saber qué tirita elegir es solo una parte del cuidado. Lo esencial es aplicarla correctamente para asegurar una buena cicatrización y evitar infecciones. Sigue este paso a paso:
- Detén el sangrado. Lávate bien las manos y aplica presión con una gasa estéril o un paño limpio hasta que la herida deje de sangrar.
- Limpia la herida. Usa agua corriente y jabón suave para retirar restos de suciedad. Seca con una gasa con pequeños golpecitos, sin frotar.
- Desinfecta. Aplica un antiséptico, como povidona yodada (Betadine), en una fina capa. Déjalo secar unos segundos antes de colocar la tirita.
- Elige la tirita adecuada. Ten en cuenta el tipo, tamaño y localización de la herida para escoger la opción más adecuada.
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- Aplica la tirita correctamente. Evita tocar la parte central (almohadilla) al retirarla del envoltorio. Cúbrela bien, centra la almohadilla y alisa las lengüetas desde el centro hacia afuera para que no se formen arrugas.
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