Málaga

Multas de hasta 300 euros en Torrox a quienes “reservan” la primera línea de playa y desaparecen

El municipio malagueño refuerza la vigilancia contra esta práctica incívica, regulada desde 2014. En una década se han retirado más de 500 enseres abandonados. Este verano ya van cerca de 50 y diez multas. La ocupación irregular de la playa ha descendido un 80%.

Multas a quienes reservan la primera línea de playa

Multas a quienes reservan la primera línea de playaAntena 3 Noticias

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Antes de que el sol comience a calentar la arena en las playas de Torrox (Málaga), y como ocurre a lo largo de toda la costa española, ya hay sombrillas plantadas en primera línea, toallas extendidas sin dueño y sillas vacías mirando al mar. Algunos madrugadores disfrutan de los primeros rayos de sol frente a esas “reservas silenciosas” que delimitan territorio, como si el Mediterráneo pudiera ser conquistado a base de madrugones y trastos.

Este verano, y ya van diez desde que se reguló esta práctica, la Policía Local de Torrox continúa vigilando de cerca estas ocupaciones indebidas del espacio costero. Reservar sitio en la playa dejando objetos personales sin presencia humana puede suponer sanciones de hasta 300 euros. Se trata de una costumbre tan común como incívica, que infringe la normativa municipal y priva a otros usuarios de disfrutar libremente del litoral.

“El problema que teníamos era que enviaban a los abuelos a las 7 u 8 de la mañana a dejar sombrillas, y luego ni siquiera venían a disfrutar de la playa”, explica José Manuel Ruiz Ortega, subinspector jefe de la Policía Local.

La ordenanza municipal establece que si los enseres permanecen en la arena más de seis o siete horas sin vigilancia, se procede a su retirada. Se contempla cierta flexibilidad con quienes se ausentan de forma puntual —para comer o dar un paseo—, pero no con quienes regresan a casa durante horas o reservan espacio sin intención de volver. “Tampoco es lo mismo una persona que ocupa tres metros que otra que ocupa quince”, puntualiza Ruiz Ortega.

Desde que en 2014 se implantó esta normativa para fomentar un uso responsable del espacio en la playa, la práctica se ha reducido en un 80%. Aun así, el subinspector advierte: “Aunque la cara dura de reservar sin estar presentes ha bajado, puede que algunos paguen por otros que se han pasado de la raya”.

Camiones de sombrillas y sillas

En esta década, la Policía Local ha recogido más de 500 enseres abandonados en la playa. “Eran camiones cargados hasta arriba”, recuerda Ruiz Ortega. Solo este verano se han incautado cerca de medio centenar de artículos, que se almacenan durante un máximo de 14 días en dependencias municipales. Para recuperarlos, los propietarios deben pagar una tasa de 30 euros; si no lo hacen, los objetos se consideran residuos y se eliminan.

En lo que va de temporada, se han interpuesto diez multas. De ellas, solo ocho personas las han abonado y recuperado sus pertenencias. No obstante, la mayoría de los casos se saldan con advertencias verbales, y las sanciones se reservan para quienes reinciden.

“El derecho a disfrutar de la playa es de todos. Es fundamental que el litoral siga siendo un espacio compartido, libre y responsable”, insisten desde el Ayuntamiento de Torrox.

Sombra sí, pero con sentido común

El Ayuntamiento también ha reforzado la vigilancia frente al uso creciente de estructuras de sombra de gran tamaño, como jaimas o carpas, que ocupan amplias zonas de arena. Esta medida responde tanto a las quejas de bañistas como a las de empresarios turísticos, que reclaman una regulación justa y equitativa del espacio público.

En este rincón de la Costa del Sol Oriental, que presume de tener “el mejor clima de Europa”, defiende el derecho a unas playas abiertas y sin reservas invisibles. Porque el verano está para compartirlo, no para conquistarlo con sombrillas vacías.

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