Galicia

Un supuesto parking fantasma llena el entorno del aeropuerto de Santiago de coches mal estacionados

Los coches estacionados contratan un parking 'low cost' sin saber qué pasa realmente con su coche mientras ellos están de vacaciones. Los vecinos del pueblo cercano al aeropuerto de Santiago de Compostela afirman que la empresa "no tiene nada, ni garantías para los clientes".

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Basta con acercarse a las inmediaciones del aeropuerto de Lavacolla Rosalía de Castro, en Santiago de Compostela, para comprobar hasta dónde llegan los coches mal estacionados. Los vemos en cunetas, en caminos secundarios e incluso ocupando los aparcamientos privados de restaurantes y gasolineras. Están aparcados a pesar de las señales que el Ayuntamiento de Santiago colocó indicando que está prohibido estacionar ahí.

Algunos son de particulares, pero la mayoría provienen de una supuesta empresa fantasma: un parking 'low cost' que se anuncia por internet, pero que no tiene, según vecinos y empresarios de la zona "ni licencia, ni instalaciones, ni alta en la seguridad social, ni en la agencia tributaria, no tiene nada, ni garantías para los clientes", subraya Manuel Salvado, encargado del Parking Compostela.

"La diferencia con los aparcamientos legales que operamos en esta zona del aeropuerto, es que los clientes traen sus vehículos al recinto, lo ven y saben dónde quedará. Esta empresa, en cambio, recoge el vehículo de los clientes en el propio aeropuerto y lo devuelve allí, de tal manera que los clientes no saben dónde queda aparcado su coche", explica.

Estos vehículos terminan a la intemperie, sin vigilancia, en carreteras o poblaciones cercanas y, con algo de suerte para los usuarios, en explanadas y aparcamientos privados. "Y por un precio similar al nuestro, porque cobran 6 euros por día", dice Manuel que asegura que "es una estafa".

Hasta hace unos meses, llegaban a ocupar la rotonda y algunas zonas de O Pino, una parroquia a varios kilómetros de Lavacolla. "Durante la Semana Santa del año pasado, llegaron a tener 500 coches, a 6 euros el día significa que ingresaron 30.000 euros en sólo una semana", calcula Manuel. Sin embargo, la actividad bajó desde que los medios de comunicación se hicieron eco de esta situación, que se viene dando desde hace unos cinco años.

Aún así estiman que están ganando unos 12.000 euros al mes. Entre los empresarios y vecinos de la zona hay malestar porque a pesar de las constantes denuncias, nadie parece hacer nada para frenar esta actividad legalmente cuestionable. Pero pocos alzan la voz delante de nuestras cámaras porque, señalan, "son personas muy conflictivas que hacen la convivencia imposible".

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