"No sin mi perro": el desafío que supone de viajar con mascotas

Cada vez son más las personas que consideran a sus perros parte esencial de la familia y, por eso, adaptan sus vacaciones para viajar con ellos. "No pienso dejarlo en ningún sitio, mis vacaciones las adapto al perro. Donde vaya yo, van mis perros. Ellos mandan", afirma Rocío, una apasionada dueña que nunca se separa de sus mascotas.

Vacaciones con perros, ¿cómo adaptar los vacaciones para no dejarlos atrás?

Sin embargo, viajar con nuestros perrunos presenta retos y limitaciones. Por ejemplo, en avión solo pueden viajar en cabina perros que pesen menos de 10 kilos. Además, muchas razas braquicéfalas tienen prohibido viajar en bodega porque corren un alto riesgo de asfixia.

Esto afecta a perros como Duna y Lina, que deben quedarse con familiares cuando sus dueños vuelan. Por eso, la opción más segura y común para muchos dueños es el coche, usando transportines o jaulas lo suficientemente grandes para que los perros puedan moverse y descansar.

Los expertos recomiendan consultar al veterinario antes del viaje para asegurar que el animal esté en buen estado, llevar el pasaporte canino, un botiquín de primeros auxilios y, si el destino es cálido, mantener hidratadas y frescas las almohadillas y la nuca del perro.

Durante el viaje, es fundamental hacer paradas frecuentes para que el perro beba, coma y se estire. "Si no podemos viajar con ellos, los dejamos con alguien de confianza. Tengo una amiga y nos intercambiamos los perros cuando hace falta”, comenta Nina.

Las restricciones en playas, tiendas y alojamientos también limitan el destino. Por eso, muchos buscan apartamentos que admitan mascotas, aunque “cuesta más, sobre todo con perros de presa”, explica Nerea.

Cada vez más hoteles: pet-friendly

Viajar con perros implica organización y respeto por sus necesidades, pero también es una forma de disfrutar las vacaciones en familia, con todos sus miembros incluidos.

Actualmente se ha convertido en una necesidad para muchos viajeros: poder disfrutar de las vacaciones junto a sus animales de compañía. Esta transformación ha impulsado una notable evolución en la industria hotelera, que se ha adaptado para convertirse en más pet-friendly.

Hasta hace no mucho tiempo, llevar mascotas a hoteles era complicado. La mayoría de los alojamientos no aceptaban animales o imponían estrictas restricciones. Sin embargo, el aumento del número de dueños que consideran a sus mascotas como miembros de la familia ha llevado a los hoteles a reconsiderar sus políticas y servicios. Una evolución que responde a la demanda creciente.

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