Crimen Lardero
El niño de Lardero murió estrangulado tras una agresión extremadamente violenta, según las forenses
A partir de las lesiones en el cuello del niño, las forenses determinaron que el fallecimiento fue por "compresión", lo cual le produjo una hemorragia tanto en el oído izquierdo como en los dos orificios nasales.
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Este miércoles, las dos forenses que hicieron la autopsia al pequeño Álex, el menor de nueve años asesinado tras ser agredido sexualmente en Lardero, en La Rioja, han confirmado que el niño murió de asfixia después de una agresión en la que se empleó una violencia extrema y brutalidad.
Así lo han afirmado en su declaración durante la tercera jornada del juicio con tribunal popular que tiene lugar en la Audiencia Provincial de Logroño contra Francisco, que es el principal sospechoso de este caso.
El pequeño Álex murió por "compresión"
Ambas médicas del Instituto de Medicina Legal de La Rioja, que también cogieron muestras biológicas del cuerpo sin vida del pequeño antes de que fuera levantado, han señalado que Álex no presentaba ninguna lesión erosiva que diese a entender que ofreció resistencia ante su asesino.
A partir de las lesiones en el cuello del niño, determinaron que el fallecimiento fue por "compresión", lo cual le produjo una hemorragia tanto en el oído izquierdo como en los dos orificios nasales.
En este sentido, han añadido que la presión realizada sobre el cuello fue muy fuerte, ya que el sangrado era abundante e intenso, mucho más que las lesiones derivadas de un ahorcamiento, una causa de muerte en la que han asegurado tener experiencia en autopsias.
De la misma manera, han señalado que los hematomas que presentaba Álexen el rostro, cuello y tórax se provocaron cuando todavía estaba vivo. Así, en el informe que han elaborado detallan que muchos de ellos se produjeron por sujeción o inmovilización.
Álex fue inmovilizado y trató de huir
Concretamente, el agresor presionó, de manera intensa y durante un tiempo prolongado, con el antebrazo sobre el cuello de Álex, con una técnica que suele hacer perder el conocimiento de la víctima en un plazo de entre cinco y ocho segundos.
Aun así, el niño trató de huir, tal y como revelan las lesiones causadas por la erosión de la ropa sobre su piel, retrasando la pérdida del conocimiento. "El agresor no hizo la fuerza suficiente en el primer momento como para provocar su muerte", ha apuntado una de las doctoras tras examinar las heridas.
Ante estas palabras, el abogado de la defensa ha querido saber si las marcas podían estar relacionadas con una intención de "evitar que gritase", y no para matarle. No obstante, una de las médicas ha aclarado que no pueden entrar en valoraciones sobre la intencionalidad en estos hechos.
De igual forma, han puntualizado que en el cadáver del pequeño hallaron marcas de sujeción sobre una superficie firme, véase el suelo o una pared. Asimismo, encontraron que su mano estaba enrojecida, fruto de una equimosis de aspecto digitado, lo que revelaría que su agresor le privó la movilidad.
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Tanto el fiscal como las acusaciones particular y popular solicitan para Francisco una pena de prisión permanente revisable, por el delito de asesinato, así como 15 años de cárcel, por el de agresión sexual. Por el contrario, la defensa solicita la absolución.
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