Publicidad

12.000 ESPECTADORES DE TODAS PARTES DEL MUNDO

El mundo del toreo rinde homenaje a Víctor Barrio con ocho orejas, un rabo y el lleno en la plaza de Valladolid

Prometía ser una gran tarde de toros y se han cumplido las expectativas. La viuda del diestro, Raquel Sanz, ha agradecido emocionada las numerosas muestras de cariño que le han brindado toreros. La infanta Elena y su hija Victoria o Mario Vargas Llosa han asistido al coso vallisoletano.

El festejo taurino en homenaje a Víctor Barrio ha llenado la Plaza de Toros de Valladolid de público, entre el que ha habido representación de Casa Real, con la infanta Elena y su hija Victoria, de la cultura, la política y una amplia asistencia del mundo taurino. Unas 12.000 personas de todas las partes del mundo, se han citado en el festejo homenaje al torero que perdió la vida el pasado 9 de julio en el coso de Teruel. El cartel ha estado compuesto por José Tomás, Juan José Padilla, El Juli, Morante de la Puebla, José María Manzanares y Alejandro Talavante, con toros Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo, Zalduendo, Domingo Hernández y Victoriano del Río.

Por primera vez han sido los propios toreros de ámbito nacional los que, junto con la Fundación Toro de Lidia, han promovido este acto y se disponen a trabajar juntos a favor de la defensa de la tauromaquia, han señalado fuentes de la entidad.

Los beneficios obtenidos con este evento, que ha logrado ocupar las poco más de 11.500 localidades del coso vallisoletano, se destinarán íntegramente a la producción de una obra de arte conmemorativa a Víctor Barrio que se instalará en Sepúlveda y para financiar la estrategia de comunicación necesaria para la correcta promoción de la tauromaquia.

Aunque inicialmente se anunció tras romperse el paseíllo, en un acto privado se hizo entrega a los familiares de Víctor Barrio, entre los que se encuentra su viuda, Raquel Sanz, de un capote firmado por todos los aficionados que quieran dejar su mensaje al torero a través de las redes sociales.

A este festejo, además de la Infanta Elena, que ha asistido cuando inicialmente estaba previsto que lo hiciera el Rey Juan Carlos, al coso vallisoletano han asistido figuras del mundo taurino como Sebastián Palomo Linares acompañado por su esposa o los matadores Diego Urdiales, Alvaro Lorenzo, Vicente Ruiz 'El Soro' y el rejoneador Fermín Bohórquez, entre otros.

Además, han asistido personalidades de la cultura como Mario Vargas Llosa, acompañado por Isabel Presley, o el actor madrileño Jorge Sanz. Además de autoridades políticas como la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en funciones, Isabel García Tejerina; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; el presidente del Senado, Pío García Escudero, o el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, entre otros.

También se han dado cita en el coso taurino otros personajes de la televisión o el papel 'couche' como la chef Samantha Vallejo-Nájera y su hermano, el empresario y exmarido de Paulina Rubio Nicolás Vallejo-Nájera, conocido como 'Colate'; Nuria González, esposa del empresario Fernando Fernández Tapias; Carmen Martínez-Bordiú.

La corrida en sí trancurrió en un talante amable y desprendido que se apreció ya cuando se le concedió una oreja a Juan José Padilla por una faena de imposible brillo a un derrengado toro de Juan Pedro Domecq. También fue generosa la que se le concedió a José Tomás, la estrella del cartel, que apenas pudo cuajar un soberbio quite por chicuelinas y un par de series de buenos muletazos al desfondado ejemplar de Núñez del Cuvillo que salió en tercer lugar.

Conformes hasta entonces con tan poco, los espectadores se entusiasmaron con el arrebato de Morante de la Puebla ante el tercero, varios momentos de surtida y genial inspiración ante un astado de Zalduendo de bastas hechuras y rajado casi desde su salida. La gran virtud de Morante fue evitar que el animal se marchara a tablas y siguiera aun con desgana una muleta que nunca le exigió, envolviéndolo todo con improvisada compostura y unos raptos de gracia que fueron jaleadísimos.

Dos orejas paseó Morante y otras dos le dieron a El Juli del toro que salió en el turno siguiente, un fino ejemplar de Domingo Hernández que fue el de más calidad y duración del variado lote escogido para la ocasión. El torero madrileño estuvo variado con el capote, en suertes muy vistosas, y sustentó con oficio una faena de muleta compacta y algo lineal, en la que ligó los pases sin acabar de entusiasmarse hasta la espectacular estocada final a un toro que se partió el pitón derecha al comienzo del trasteo.

La generosidad de la tarde, que llegó a sus más altas cotas al premiar a ese ejemplar con la vuelta al ruedo en el arrastre, se vio frenada momentánemente en el infructuoso y largo trasteo de Manzanares al quinto, que acusó, constantemente dolido, una posible lesión en su pata delantera derecha. Y tras la calma momentánea llegó la tempestad de Alejandro Talavante, que puso toda su generosa entrega al homenaje con una faena al sexto en la que no se guardó nada, desde los suaves delantales de recibo al estoconazo final volcándose sobre el morrillo de un toro de Núñez del Cuvillo que tuvo calidad pero poco fondo.

Tras un ajustado quite por saltilleras y gaoneras, Talavante se fue a los medios para abrir el trasteo de muleta con una arrucina por la espalda y con las dos rodillas en tierra que marcó ya el grado de emoción que la iba a dominar. Pero más intensidad tuvo aún el remate de esa apertura de faena con un natural, también de rodillas, largo como un río y con todo el pecho del torero por delante. La plaza, ahora sí, sonó como un trueno en un grito de asombro. Después llegaron varias series de naturales y derechazos de sutil temple, de pie y de hinojos, totalmente dado a la faena y administrando la justa raza del toro, hasta que una estocada demoledora puso en manos del extremeño el rabo del toro con el que marcó las diferencias.

Publicidad