Pueblos y motes

Los motes, una tradición que sigue vigente en la España rural

Los motes forman parte del día a día de los pueblos de la España rural dónde quien no lo tiene, para muchos no existe

Los motes, una tradición que sigue vigente en la España rural

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Es muy habitual que en la España rural las personas, las familias o las casas tengan apodos o motes. Lo que es extraño es que los tengan pueblos enteros. Es el caso de Villarejo de Fuentes. En esta localidad, ubicada en el corazón de La Mancha, cada uno de sus vecinos responde más por el mote que tienen impuestos sus familias desde décadas, que por su propio nombre. Por lo general, los motes sirven para designar la destinación familiar, origen o parentesco de unas personas con otras. Además, son útiles para diferenciar a unas personas de otras que pueden tener nombres y apellidos similares.

Sobrenombres con diferentes motivaciones

Estos sobrenombres pueden crearse o asignarse por motivaciones diferentes: características físicas, profesionales, animales, alimentos o nombres de algún familiar, aludiendo a situaciones especiales, nombres de antepasados o apellidos, personajes famosos con algún parecido, la procedencia o cualquier otra cuestión. En Villarejo de Fuentes, Cuenca, los apodos se han generado de una forma similar a los que se generan para las personas, lo describen, lo critican o simplemente recuerdan una anécdota histórica que ha pasado de generación tras generación y, casi siempre buscan poner un toque de ironía.

"Polvorilla", "Capi", "Chupi", "Tomate", "Chino", "Rana", "Juanarras" u "Ojillos" son algunos de los motes más famosos en Villarejo de Fuentes

Los motes en el resto de España

En cuestión de motes, la provincia de Teruel se lleva la palma. Hay dos pueblos con apodo de alimentos. "Huevos" los de Montoro de Mezquita y "Cebollas" los de Pitarque, "Preguntones" son los de Fontanete y alude a un oficio que practicaban en el municipio. Otros hacen ¡referencia a las características o formas de ser de los habitantes: "Brujos" los de Allepuz y Molinos, "Sucreros" los de la Iglesuela del Cid, "Sufridos" es otro mote de Mirambel, "Usureros" los de Santolea, "Justicieros" los de Ladruñán y "Borrachos" los de Cuevas de Cañart.

Otro tipo de apodos son los que hacen referencia a situaciones peculiares como los habitantes de Cantavieja que son conocidos como "Once Burros", y Villarroya de los Pinares, donde les llaman "Arrastrasantos". El origen de estos motes es difícil de rastrear y su origen prácticamente no se recuerda.

En muchos pueblos se ha perdido el uso de los motes y ya solo algunas mayores lo recuerdan, mientras que en otros se lleva muy a gala y se hace alarde del apodo de diferentes maneras. Por ejemplo, en la localidad turolense de La Cuba son conocidos como "Ardachos", vocablo que es sinónimo de lagarto o fardacho. Los vecinos, haciendo honor a su nombre, han decorado algunos rincones del municipio con figuras de este animal, con lo que puedes buscarlas por el municipio a la par que paseas por sus calles.

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