Un médico madrileño firma 25 contratos en 6 años y denuncia la precariedad del sector: "Te echan cuando quieran"

David Andina fue premio extraordinario de bachillerato, premio extraordinario fin de carrera y premio nacional de medicina; también es doctor 'cum laude'. Sin embargo, ninguno de esos logros académicos le ha procurado la estabilidad laboral.

De hecho, hace apenas unos días firmó su contrato número 25 en apenas seis años. Lo que le llevó a denunciar su situación y la precariedad del sector en Twitter, en un 'hilo' que enseguida se hizo viral.

Hoy ha explicado su situación en el informativo de Antena 3 Noticias, donde ha indicado que ninguna persona que haya obtenido el título de médico en España debería verse obligada a pasar tanto tiempo encadenando contratos temporales.

"Seis años y medio firmando contratos que te dejan claro que te pueden echar cuando quieran sin que a ningún partido político parezca importarle ni vaya a hacer nada por cambiar una situación de precariedad y fraude de ley que se repite en prácticamente todas las CCAA", denuncia.

Médicos al borde del colapso

La pandemia del coronavirus, y en concreto esta sexta ola, ha puesto de manifiesto las malas condiciones de trabajo que tienen muchos médicos en España. Esa es la razón, de hecho, por la que muchos facultativos deciden ejercer su profesión en el extranjero, principalmente en países como Francia, Suiza, Alemania o Reino Unido.

La variante ómicron, surgida tras dos años de pandemia, ha sido la puntilla para muchos profesionales sanitarios, que se dicen destrozados física y mentalmente por esta situación.

En este sentido, el responsable de salud mental del sindicato médico AMYT, Ángel Luis Rodríguez, explicaba hace dos días que más de la mitad de los facultativos que acudían a sus oficinas necesitan tomar antidepresivos para poder trabajar, y que un 3,5% contempla el suicidio como única salida.

En esta sexta ola del coronavirus, los profesionales de la atención primaria han sido los más afectados. Muchos centros de salud y ambulatorios se han visto obligados a cerrar ante las numerosas bajas de sus profesionales y, los que no han cerrado, se han visto desbordados por la avalancha de contagios derivada de ómicron.