Marcela no puede evitar llorar de emoción después de días muy duros. Es una de las pacientes contagiadas por coronavirus que ha tenido que ser ingresada en estado grave. Pasó una semana en casa con síntomas que empezaron siendo leves como tos y fiebre de 37,5 pero cada vez se encontraba peor y terminó en el Hospital "Príncipe de Asturias" de Alcalá de Henares.
Nunca olvidará el número 528, la habitación en la que ha pasado una semana. Quiere enviar un mensaje de ánimo y de agradecimiento a todo el personal sanitario. Llora cuando recuerda la fortaleza, el agotamiento y la entrega con la que están plantando cara al COVID-19.
Cuenta Marcela que todos -sanitarios y pacientes- eran conscientes de que el enemigo a batir era un desconocido y que cada día era una nueva batalla en la que nadie estaba dispuesto a rendirse.
Se emociona cuando recuerda cada pequeño gesto de cariño de personas hasta ahora desconocidas, cada grito de ánimo como el de la enfermera que -mientras le sacaba sangre- le decía ¡ánimo campeona, que tú puedes!" o del médico que le cogió de la mano y le dijo "¡Ten confianza!" y que incluso llamó para avisar en su trabajo porque ella no tenía batería. Sabía que era importante avisar porque trabaja como auxiliar de enfermería en una residencia de ancianos y conoce lo que supone la lucha contra el COVID-19.
Cuando me confirmaron el positivo ya ni me importó de lo mal que me encontraba
Reconoce, aunque pueda sorprender, que cuando le confirmaron el positivo ya era lo que menos le importaba, quería sentirse mejor, sólo pensaba en lo mal que me encontraba y en sobrevivir.
Ahora tiene la ayuda de sus dos hijos que le dejan en el ascensor comida o cualquier otra cosa que necesite pero no para de pensar en las personas que no tienen familia porque todavía está muy débil y aún debe permanecer en aislamiento en casa hasta que esté totalmente recuperada. No deja de pensar en su compañera de habitación que estaba peor y espera poder tener noticias suyas.
Grabó el mensaje pensando que no la iban a reconocer porque todos llevaban mascarillas pero se ha sorprendido con el cariño que también está recibiendo de los que la atendieron. El hospital "Príncipe de Asturias" es uno de los que atiende en España a más ingresados con coronavirus, más de 220 pacientes. Marcela lleva 22 años en España, llegó desde Rumanía y sabe que su ejemplo puede animar a muchas personas.
Ahora se siente a salvo. Está en casa todavía recuperándose porque ha pasado el peligro, quiere que todo termine cuanto antes para llevar flores a las personas que la han ayudado porque "son muchos corazones que luchan por nosotros y también por sus vida". Se emociona y con ella nos emociona a todos.