Los que se han sometido a la prueba y confiesan que no utilizan o sólo muy de vez en cuando crema solar, confiesan llevarse un susto al contemplar las imágenes de sus rostros.
Parecen pieles normales, pero la experiencia demuestra cómo se ha ido deteriorando la piel con el paso de los años y la exposición al sol. Se nota el paso del tiempo en nuestra dermis, comparado con la piel de un niño.
Los dermatólogos de nuevo insisten en que la protección solar es la barrera definitiva frente al sol, y la cámara de rayos UV permite comprobarlo.
Hay que ser generoso con la crema y repetir la operación con frecuencia, dicen los expertos. El sol no es malo, lo malo es el exceso. Las primeras exposiciones no deben ser superiores a media hora.