Segundas residencias

El fin del estado de alarma permite el regreso a las segundas residencias y comprobar su estado

Con el fin del estado de alarma cae el cierre perimetral y se permite la movilidad entre comunidades. Muchos ciudadanos vascos han aprovechado el fin de semana para comprobar el estado de sus segundas residencias en Noja.

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El fin del estado de alarma también significa el fin de las restricciones de movilidad como el cierre perimetral. Muchos han aprovechado para reencontrarse con sus familiares, pero otros estaban deseando el reencuentro también con sus segundas residencias. Después de meses sin poder desplazarse muchos ciudadanos vascos han aprovechado el día para comprobar el estado de sus casas en Cantabria.

En la localidad cántabra de Noja se les echaba muchísimo de menos. Poco a poco, la gran mayoría de ciudadanos del País Vasco aprovechan el fin del estado de alarma para comprobar el estado de sus segundas residencias en Cantabria, pero también para bajar y tomar algo en terrazas con vistas al mar.

Esto se esperaba impacientemente en Noja, una localidad que tiene unos 2.500 habitantes, pero que multiplica hasta por 30 su población en verano. La mayoría de los que llegan son turistas vascos.

Por primera vez en 7 meses, miles de vascos se acercan a localidades cántabras como Castro Urdiales, Laredo o Noja. La mayoría acude para ver cómo se encuentran sus segundas residencias. Iztiar comprueba que en su casa parte de la pared está hueca y se cae la pintura.

Como ella, Marija y Koldo también supervisan su casa. Arreglar una escalera rota o podar el jardín serán algunas de sus tareas. Muchos jardines se han convertido en selvas y en terrazas y ventanas se observa un intenso trabajo.

Ahora, les toca ponerse al día con la esperanza de poder disfrutar de sus segundas residencias en verano si la pandemia de coronavirus lo permite. Escobas, bayetas, brochas... hay mucho que hacer y la localidad cántabra agradece su retorno.

El alcalde de Noja, Miguel Ángel Ruiz, dice que la localidad "tiene una dependencia brutal del turismo" y toda la época que se ha vivido desde octubre ha supuesto "una etapa complicada para la economía local".

Unos de los que más esperaban este retorno eran los hosteleros, ahora esperan que se recupere la normalidad y que a las playas regresen los bañistas.