Buscan recursos
Las ex-clarisas de Belorado lanzan la campaña "Apadrinar un árbol" para afrontar su delicada situación económica y legal
Buscan recursos para afrontar su delicada situación económica y legal. Por 50 euros se puede poner el nombre a un pequeño acebo en el Monasterio de Orduña.

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Las ex monjas clarisas del monasterio de Belorado siguen ocupando titulares informativos. Desde su excomunión, la principal ocupación de este grupo de mujeres es lanzar iniciativas para obtener recursos necesarios con los que afrontar su delicada situación económica y legal.
Después de probar con la puesta en marcha de un restaurante o de intentar vender oro, ahora, aprovechando la cercanía de la Navidad, lanzan la campaña "Apadrina un Árbol" plantando pequeños acebos en el entorno del Monasterio de Orduña en Bizkaia. La acción, aseguran, más allá de la captación de dinero pretende transformar la necesidad en un símbolo de esperanza y compromiso con la naturaleza.
Según han explicado a través de su portavoz, Francisco Canals, cada árbol es un acto de fe, cada raíz que crece es una promesa: "aquí seguiremos y aquí floreceremos". Afirman que quienes participen en esta acción contribuirán a un mundo mejor, una comunidad más fuerte y un respiro para el medio ambiente.
¿Cómo participar en la campaña?
La fórmula para participar en esta campaña es sencilla. Por una aportación de 50 euros, cualquier persona puede apadrinar uno de estos árboles. Cada árbol llevará el nombre de su padrino o madrina, convirtiéndose, según sus promotoras, en un "trozo de tu corazón en el monasterio" y en una forma tangible de apoyo.
Las ex clarisas defienden que esta plantación "simboliza el compromiso con la tierra, la esperanza y la continuidad de una historia monástica que se niega a desaparecer". Además, reafirman su voluntad de seguir cuidando tanto el entorno natural como la "raíz espiritual" que, según ellas, las une a sus conventos.
Tras la polémica suscitada por su excomunión y el riesgo inminente de desahucio, las ex religiosas —lideradas por Sor Isabel de la Trinidad— se encuentran inmersas en procesos judiciales y asfixiadas por las deudas y gastos básicos. En la actualidad tiene abierta una batalla legal compleja para evitar el desahucio y mantener el control sobre el monasterio, mientras simultáneamente enfrentan investigaciones por la gestión de los bienes de la comunidad.
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