Ya ha sido detenido y se encuentra en prisión preventiva. Es el fin de las hazañas del autor de un centenar de robos que, desde mediados de 2019, puso en jaque a las autoridades que siguieron sus pasos hasta lograr dar con él.
El hombre, de nacionalidad rumana, actuó en diferentes establecimientos siempre camuflado bajo un gorro de pescador "muy característico", explica la Guardia Civil. Además, hacía uso de guantes, pasamontañas, patas de cabra, linternas, destornilladores y varios juegos de mandos a distancia para desactivar alarmas.
Las investigaciones comenzaron en Monforte, en Lugo, ante la oleada de robos en diferentes locales de la zona. Todos ellos con el mismo 'modus operandi', y todos ellos muy similares a otros producidos en localidades vecinas de Asturias, León y otros lugares de Galicia.
Las cámaras de seguridad de algunos de estos establecimientos fueron determinantes para identificar al ladrón, incluso su vehículo. El hombre estudiaba el terreno, visitaba los locales durante el día, comprobaba los sistemas de alarma para, por la noche, conseguir romper las cerraduras y hacerse con la recaudación de las máquinas recreativas, registradoras y expendedoras de tabaco.
Se sabe que el autor de estos robos entró en España a mediados de 2019, cruzando la frontera por Irún, y se estableció en Galicia durante meses. Tras su identificación, la Guardia Civil comprobó que se trataba de una persona ágil, muy entrenada, experto en artes marciales y boxeo. Trepaba para acceder por las ventanas de los locales que robaba, por pequeños huecos, reptaba por el suelo para evitar ser detectado por las cámaras, y rompía las cerraduras demostrando mucha fuerza.
El hombre se encuentra ya en prisión preventiva, en León, a la espera de juicio
