Accidente Alvia

10 años de Angrois, el peor accidente en la historia de Galicia

Diez años que, a tres días de que finalice el juicio, no han conseguido una sentencia firme ni una declaración de responsabilidades.

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En un miércoles 24 de julio como hoy, pero de hace diez años, se produjo la mayor tragedia ferroviaria de Galicia. En 2013, el Alvia 04145/04155 que salió a las tres de la tarde desde Madrid llevaba 218 pasajeros y seis tripulantes que nunca llegaron a su destino, Pontevedra y Ferrol.

Pasadas las ocho y media de la tarde, el tren dirigido por Francisco José Garzón cruzaba Santiago de Compostela a casi 200 kilómetros por hora. Garzón había hecho este mismo recorrido 62 veces desde noviembre de 2012. Sin embargo, esta vez iba a ser distinto. Garzón recibió una llamada del interventor del tren, la cogió y hablaron alrededor de un minuto y medio, lo suficiente como para que el tren hubiera entrado en el último túnel antes de la curva de A Grandeira, en Angrois, que hay que tomar a 80 km/h.

El tren irrumpió en escena a 195 km/h. Cuando Garzón se dio cuenta activó el freno de emergencia, pero ya era tarde. Los vagones descarrilaron e impactaron contra un muro de hormigón. Ochenta pasajeros perdieron en ese mismo momento la vida. "Mi hijo tenía 27 años y murió en un accidente que se podía haber evitado. Hoy tenía que tener diez años más y toda la vida", dice el padre de una de las víctimas que este lunes se manifiesta en la estación de Santiago.

Cómo él, muchos más manifestantes piden responsabilidades en nombre de la memoria de sus seres queridos, de los que están y de los que se quedaron en ese fatídico 24 de julio. "Mis nietas iban en ese tren y hoy llevamos diez años sufriendo por ello", cuenta a Antena 3 Noticias otra de las manifestantes. Todos ellos, víctimas o familiares, vivieron en primera persona el horror de este accidente del que todavía arrastran secuelas, tanto físicas como psicológicas. "Exigimos una investigación independiente, porque no fue solo culpa del maquinista, no había señalización y eso es un fallo de seguridad muy grande", añade.

Sin sentencia provisional ni firme

Han pasado diez años pero sus víctimas no perdonan: "Para sanar necesitamos una sentencia justa y que el Gobierno se haga responsable. Necesitamos empatía, que entiendan lo que hemos pasado. Tengo 21 años, tenía 11 el día del accidente y cuando me desperté en el hospital me dijeron que me había partido la tibia, el peroné y la cadera. Llevo la mitad de mi vida recuperándome", cuenta otro testimonio desgarrador.

Sin embargo, el abogado del Estado, Javier Suárez García, representante de Adif en el juicio, ha declarado que "es difícil pedir perdón por algo de lo que uno no se siente responsable". Algo completamente incomprensible para las víctimas y familias del accidente que siguen reclamando responsabilidades, pero que, a escasos días de que el juicio acabe, continúan sin sentencia provisional ni firme. Ni sentencia, ni investigación, ni dimisiones.

Al contrario, un año después de este macroaccidente, el presidente de Renfe Julio Gómez-Pomar fue nombrado secretario de Estado en Infraestructuras. Ana Pastor, ministra de Fomento en ese momento, escaló a la presidencia del Congreso y José Blanco, diputado cuando se produjo el accidente, al año siguiente llegó al Parlamento Europeo. "Pastor, Blanco, ¿responsables para cuándo?", coreaban los manifestantes reclamantes de justicia.

Al grito de "no están olvidados, están muy presentes, investigación independiente", advierten de que no se rendirán hasta obtener una sentencia justa con las 80 vidas que se cobró la mayor tragedia de la historia gallega.

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