Accidente Angrois

Arranca el juicio por la tragedia de Angrois 9 años después del accidente del tren de Alvia

En el banquillo, dos acusados: el maquinista y el que era director de seguridad de Adif en el momento de los hechos. Ambos se enfrentan a 80 delitos de homicidio por imprudencia grave, y otros 145 de lesiones en la misma calificación.

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El maquinista del tren, Francisco José Garzón, y el exdirector de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, se sentarán en el banquillo del juicio por el accidente ferroviario de Santiago de Compostela acusados de 80 delitos de homicidio y 145 de lesiones por imprudencia grave profesional tras el descarrilamiento del Alvia en 2013.

Todo preparado en la mayor sala de vistas de la historia de Galicia. La Cidade da Cultura ha sido acondicionada para acoger un macrojuicio que bate todos los récords en cifras. Hay un centenar de letrados personados y más de 600 testigos y peritos citados para un proceso que se prolongará durante unos nueve meses.

El primero, Francisco José Garzón, tendrá que repasar la llamada de teléfono que recibió antes de entrar en la curva de Angrois donde el tren descarriló la tarde del 24 de julio de 2013. Un minuto y 40 segundos de llamada que, según las acusaciones, habrían sido los causantes de su despiste y de que no redujera la velocidad como debía al aproximarse a una curva con el límite establecido en los 80 km por hora. El tren entró unos 190 km por hora.

Por su parte, al ex jefe de seguridad, Andrés Cortabitarte, se le acusa, dice el Ministerio Fiscal, por falta de atención del "riesgo especial de descarrilamiento" en la curva de A Grandeira. El fiscal sostiene que "el accidente no hubiese sucedido si Adif y Cortabitarte hubiesen gestionado el riesgo de exceso de velocidad en el tramo". Esa ausencia de gestión habría provocado que la línea no fuera segura.

La Plataforma de Víctimas de Tren ha solicitado desde el principio que se depuren responsabilidades políticas, convencidos de que las comisiones de investigación que se crearon no fueron imparciales. Pero por parte de la justicia, tras una instrucción que ha durado años, no hay indicios para llevar a cabo más imputaciones.

Lo que es seguro es que, después de una travesía demasiado larga, llega por fin el uno de los juicios más esperados.

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