Depresión
Las terapias electroconvulsivas, una esperanza en la lucha contra la depresión
El equipo multidisciplinario de la unidad está compuesto por anestesiólogo, psiquiatra, enfermera de salud mental y auxiliar.
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En la Unidad de Depresión Resistente de A Coruña se trata a los pacientes con terapia electroconvulsiva (TEC) o con esketamina para pulverización nasal.
En el Hospital coruñés de Oza un equipo de psiquiatría trabaja para abordar una realidad: el 30% de los pacientes con depresión no responde a ningún tratamiento convencional. Este grupo de pacientes, que ha agotado las opciones tradicionales como antidepresivos y psicoterapia, encuentra en las TEC y en la esketamina una nueva esperanza.
"La idea de este tipo de terapias está distorsionada por culpa del cine", explica José Manuel Crespo, psiquiatra del CHUAC, en un esfuerzo por desterrar estigmas y proporcionar una opción de tratamiento que consiste en aplicar un estímulo en el cráneo, mientras el paciente está bajo los efectos de anestesia general.
Para pacientes que no responden a tratamientos convencionales
La sala de tratamiento, ubicada en la primera planta del hospital, atiende a alrededor de cincuenta pacientes diagnosticados con depresión resistente, divididos entre aquellos que reciben esketamina por pulverización nasal y los que se someten a sesiones de TEC. Para comprender la importancia de estas terapias, José Manuel Crespo, explica que la Unidad se enfoca en pacientes que no responden a ningún tratamiento convencional. "Con los pacientes graves, es necesario aplicar el tratamiento dos o tres veces por semana", añade Crespo.
El equipo multidisciplinario de la unidad, compuesto por anestesiólogo, psiquiatra, enfermera de salud mental y auxiliar, trabaja en estrecha colaboración para ofrecer tratamientos personalizados. La confianza y la continuidad del equipo son factores cruciales que han llevado a una mejora significativa en la respuesta de los pacientes.
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Por otro lado, la esketamina, administrada a través de un espray nasal, ha demostrado ser una opción prometedora, especialmente para pacientes crónicos. Aunque algunos experimentan efectos secundarios como episodios disociativos, el equipo de enfermería juega un papel clave al explicar y guiar a los pacientes durante el proceso. "Los resultados son buenos, los pacientes mejoran, tienen una tasa de 80% o 90% de resultados positivos", concluye José Manuel Crespo.
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