Epilepsia
Un imán que cabe en la palma de la mano, capaz de reducir las convulsiones epilépticas en un 70%
Investigadores del Grupo Neurociencia y Control Motor de la Universidade da Coruña estudian la aplicación de campos magnéticos estáticos para controlar los síntomas de la epilepsia.
Publicidad
Según la Organización Mundial de la Salud, 50 millones de personas padecen epilepsia en todo el mundo. Esta enfermedad neurológica consiste en el descontrol de la excitación de las neuronas. Esa hiper excitabilidad de la corteza cerebral provoca ataques en forma de convulsiones. Desde 2017, científicos e investigadores del Grupo Neurociencia y Control Motor (Neurocom) de la Universidade da Coruña, coordinado por el profesor Juan Casto Rivadulla Fernández, estudian la posibilidad de aplicar una terapia novedosa "con una técnica más sencilla y barata y sin efectos secundarios de ningún tipo".
Consiste en colocar en la zona afectada del paciente un imán estático de neodimio, un metal que produce campos muy intensos, para calmar la actividad de las neuronas. "Es un cilindro que cabe en la palma de la mano y que es capaz de generar un campo magnético de 0’5 teslas, casi como los enormes apartados con los que se hacían las primeras resonancias magnéticas", explica Javier Cudeiro, director del Centro de Estimulación Cerebral de Galicia e integrante del grupo Neurocom.
"Lo más fascinante es comprobar que un imán tan pequeño puede reducir las convulsiones en más de un 70%".
Proyecto piloto clínico
Después de años de pruebas con animales, el equipo ha comenzado un estudio piloto clínico para testar los efectos de esta revolucionaria terapia en personas con epilepsia focal, que está originada en una parte localizada del cerebro. "Colocamos el imán en un casco diseñado expresamente para este fin. Es un casco individualizado que permite colocar el imán en la zona deseada y cambiarlo en función de la parte afectada de cada paciente".
Se realizan 20 sesiones de media hora cinco días a la semana durante cuatro semanas. Esta repetición diaria permite obtener un efecto acumulativo y prolongado en el tiempo. Y "aunque es muy pronto todavía", porque sólo se ha probado en cuatro pacientes y se encuentran en fase de reclutamiento, "los resultados son muy buenos", subraya Cudeiro.
Más Noticias
Lo que sí es claro es que se plantea como un complemento a la terapia farmacológica clásica. "Aplicando los dos tratamientos juntos podemos reducir mucho más las crisis epilépticas y también la cantidad de fármacos y, por tanto, sus efectos secundarios".
Publicidad