Fertilidad

El Excel de la fertilidad, cada vez más mujeres pausan el reloj biológico congelando sus óvulos

Las mujeres que deciden congelar su óvulos para poder ser madres en un futuro se incrementan en un 13% en España.

Imagen de una mujer embarazada planificando su maternidad

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"Mamá, yo de mayor quiero ser mamá como tú". Con el paso del tiempo, este deseo se va cubriendo de responsabilidades y, en muchas ocasiones, cae en el saco roto de los sueños olvidados. La natalidad es una de las grandes asignaturas pendientes de nuestro país. En 2024 se registraron 318.005 nacimientos, una de las cifras más bajas desde que hay serie estadística disponible. Para contextualizar la cifra, 10 años antes, en 2014, se habían registrado 424.000 nacimientos, con una caída acumulada del 25% desde entonces.

¿Las mujeres del presente ya no quieren ser madres como sí querían sus niñas del pasado? Quizás no es tanto el querer como el poder, o mejor dicho, una suma de ambas cosas. La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha publicado datos actualizados de la salud reproductiva y demográfica en nuestro entorno y los mismos dejan muchas reflexiones sobre la mesa. Las mujeres que han decidido preservar su fertilidad se han incrementado en el último año en un 13%, con un total de 65.805 ovocitos vitrificados.

Para dibujar el escenario de la fertilidad en nuestro país, hablamos con la doctora Elisa Gil Arribas, ginecóloga experta en reproducción en la Clínica IVI y Secretaria General de la Sociedad Española de Fertilidad. Que además de darnos su punto de vista profesional, nos lo da como una de esas mujeres que ha recurrido a la vitrificación para planificar su viaje por la maternidad.

Riiiing, soy tu reloj biológico

¿Existe realmente un reloj biológico para la mujer? ¿Tenemos una especie de alarma que comienza a sonar empujándonos a levantar para ser madres? La doctora Elisa Gil lo tiene claro: "Y tanto que existe el reloj biológico. Existe el reloj biológico real, es decir, la fertilidad es finita y declina muy pronto, a partir de los 30, especialmente a partir de los 35, salvo excepciones para bien y para mal. Y existe el reloj biológico emocional, ese en el que un día la mujer se despierta y dice: '¿Qué ha pasado? Que yo de pronto quiero ser madre'. Le entra un deseo muchas veces incontenible, difícil de controlar. Y si es tarde, el arrepentimiento es importante".

Tenemos que tener claro que vamos a hablar de "medicina preventiva", es decir, vamos a incidir en la importancia de adelantarse a los hechos, del 'por si acaso' que no muy tarde puede evitar muchos disgustos. "Mi viaje fue muy lógico; yo me dedico a la medicina reproductiva, iba viendo que mis pacientes iban pasando y me di cuenta de que mis pacientes eran más jóvenes que yo. Me pseudollamó el reloj biológico y decidí preservar mi fertilidad a una edad adecuada, y unos años más tarde, cuando el reloj biológico llamó definitivamente a la puerta y decidí usar esos óvulos. Este es el mejor ejemplo de que las cosas funcionan, es seguro y puede dar muchas alegrías cuando se hace en el momento oportuno, y, en la situación oportuna", comparte con nosotros Elisa Gil.

Con la incorporación de la mujer al mundo laboral, el dibujo de la maternidad en España comenzó a cambiar. Pero hoy en día, ese no es el único factor. "Ciertamente, las mujeres estamos retrasando la maternidad por motivos muy diversos. Primero, por un cambio de prioridades; segundo, porque se nos ponen las cosas muy complicadas: la conciliación, el trabajo, la vida laboral, la vivienda... Son situaciones que hacen que, de forma voluntaria e involuntaria, retrasemos nuestra maternidad. Gracias a Dios, o gracias a la ciencia, a los medios de comunicación, a las comunidades científicas, hemos conseguido que las mujeres aprendamos que nuestra fertilidad es finita. Hasta hace muy poquito tiempo las mujeres desconocíamos, o no éramos conscientes, de que la fertilidad es finita y, gracias a eso, estamos consiguiendo que las mujeres planifiquen su viaje, planifiquen su fertilidad y por eso han aumentado tantísimo los tratamientos de preservación de fertilidad en los últimos años y este registro que acabamos de presentar lo manifiesta así. Casi un 13% más de ciclos de preservación electiva, no médica, con el único objetivo de planificar ese viaje de la fertilidad", insiste la experta.

Perfil de las mujeres que congelan óvulos

Pero, ¿quién tiene un Excel calculando la edad y las diferentes variables para ser madre en el momento perfecto? A la vista de los datos, cada vez más. "El perfil ha ido cambiando en estos últimos años. Hemos conseguido llegar a la población femenina y, así como en años pasados en las consultas veíamos preservando a mujeres en una edad muy límite de su fertilidad, rondando los 39-40 años, que sabemos que es un momento muy tardano. Hemos conseguido que esa curva se adelante un poco. Estamos viendo ahora a mujeres en torno a los 32, 33, 34 años, que es un momento muchísimo mejor para plantearse estos tratamientos. Hoy por hoy es cierto que las técnicas de fertilización tienen todavía una limitación importante y es que son costosas económicamente y que no están asumidas por la administración pública. Es difícil todavía el acceso a técnicas de preservación; la medicina preventiva es algo siempre de difícil acceso, pero, hoy por hoy, estamos muy contentos porque hemos conseguido mejorar mucho el perfil de paciente que preserva", indica Gil.

¿Ya no quieren ser madres las mujeres?

Y si volvemos ahora a formular la pregunta del inicio, ¿ya no quieren ser madres las mujeres?, tendremos ahora una respuesta más completa: "Hay de todo, como en botica, que se dice. Hay mujeres que no quieren ser madres de forma voluntaria, consensuada consigo mismas, pensada, firmemente. Y hay muchísimas mujeres que siguen queriendo ser madres y es ahí donde tenemos que actuar, en esa brecha entre la mujer que desea ser madre y no puede ser madre. Cuando revisamos las encuestas del INE, hay una brecha importante entre los hijos que hubiera deseado tener una mujer y los que tiene realmente. La media, más o menos, es entre 2 y 3 y el último registro del INE dice que tenemos 1,1 por cabeza. Nos estamos quedando un hijo corto de nuestros deseos".

Ya solo nos queda preguntar: ¿hasta cuándo podemos decidirlo? A lo que la doctora nos contesta: "Cuando hablamos de preservación de fertilidad y del destino de esos óvulos, esto tiene 3 respuestas. La primera es la biológica; biológicamente, los óvulos podrían estar vitrificados hasta el infinito. No es como un filete que se caduca y hay que comérselo porque se pasa. Los óvulos no van a empeorar por el tiempo que estén vitrificados en criotanques, y por lo tanto, podrían estar hasta el infinito. Pero desde el punto de vista legal, las mujeres en este país solo podemos someternos a tratamientos de reproducción hasta que tenemos 50 años; por lo tanto, desde un punto de vista legal, los centros solo pueden mantener los óvulos hasta los 50 años de esa paciente, momento en el cual no tienen destino para uso de esas pacientes, puesto que la ley no nos lo permite y, por último, está la respuesta burocrática. Mantener los óvulos en los centros cuesta dinero, cuesta esfuerzo, cuesta gastos en general y esos gastos suelen ser sufragados por las pacientes. A esto sumo una respuesta que también es importante: con la ley vigente se equiparan los óvulos vitrificados a los embriones vitrificados. Esto significa que para que los centros podamos desvitrificar esos óvulos, necesitamos dos informes clínicos diferentes a los médicos que nos hemos encargado de hacer los ciclos de la paciente, en el que se informe de que la paciente, por diversos motivos, no puede ser madre y, por lo tanto, no podemos usarlo. Esas burocracias, desde la comunidad científica pensamos que hay que modificar, puesto que hacen que las mujeres no seamos libres para la toma de decisiones. Los hombres sí pueden decidir sobre el esperma congelado, pero nosotros no podemos", concluye la doctora.

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