Epilepsia

Así influye la humedad y el calor en el riesgo de sufrir una crisis epiléptica

Un estudio del Hospital Universitario de Jena, en Alemania, concluye que hay relación entre el clima y la frecuencia de las crisis epilépticas.

Epilepsia

Epilepsiaantena3.com

Publicidad

La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central en el que se altera la actividad cerebral normal dando lugar a convulsiones o períodos de comportamiento y sensaciones inusuales que pueden llegar a la pérdida de la consciencia.

50 millones de personas en el mundo sufren epilepsia y si acotamos el mapa a España la ratio indica que 15 de cada 1.000 personas tendrán al menos una crisis epiléptica en algún momento de su vida. Esta enfermedad se ha convertido en una de las enfermedades del sistema nervioso más frecuentes en el planeta.

Un estudio del Hospital Universitario de Jena, en Alemania, ha establecido una relación entre el clima y la frecuencia de las crisis epilépticas. Para este trabajo se han observado a 604 pacientes diagnosticados previamente. Las conclusiones indican que cuando los días tienen una baja presión atmosférica y una alta humedad relativa del aire aumenta la posibilidad de sufrir una crisis epiléptica.

En concreto por cada 10,7 hPa de presión atmosférica más baja,el riesgo de ataques epilépticos se incrementa en toda la población del estudio en un 14%. Los pacientes que presentan una patología menos grave, que están siendo tratados únicamente con un medicamento antiepiléptico, el riesgo de convulsiones aumenta un 36%.

Cuando la humedad relativa del aire se sitúa por encima del 80% las crisis epilépticas crecieron un 48%.

Por el contrario cuando los termómetros se sitúan por encima de los 20ºC los datos del estudio muestran que el número de convulsiones se reduce casi el 50%. Aunque se da por probada la relación del clima y las crisis epilépticas todavía no se pueden obtener conclusiones definitivas.

Los consejos para frenar la frecuencia de las crisis epilépticas pasan por tener hábitos saludables como, seguir unas pautas de alimentación sana, realizar ejercicio físico, dormir bien y tener un horario regular de sueño, reducir el estrés y no consumir ni drogas ni alcohol.

Publicidad