La evolución del cáncer en 3D

Publicidad

CONGRESO EUROPEO DEL CÁNCER

Un grupo de investigadores descubre por qué un cáncer de mama puede ser recurrente

Diversos factores, en su esencia genéticos, podrían explicar porqué uno de cada cinco pacientes de cáncer de mama vuelven a desarrollar la enfermedad de manera recurrente. El grupo de investigadores que lo ha descubierto lo expondrá en el Congreso Europeo del Cáncer.

Un equipo de investigadores ha dado un paso importante para entender por qué algunos cánceres de mama primarios vuelven mientras otros no resurgen.

Estos científicos informarán en el Congreso Europeo del Cáncer (ECC), que se celebra desde este en Viena (Austria), que han visto factores genéticos que impulsan los cánceres recurrentes que son diferentes de los hallados en los cánceres que no son recurrentes.

Este descubrimiento podría permitir a los médicos identificar a los pacientes con alto riesgo de que su cáncer se vuelva a producir y dirigirse a los genes responsables de la recurrencia cuando el cáncer se diagnostica por primera vez con el objetivo de evitar su resurgimiento.

Aunque la mayoría de los pacientes con cáncer de mama se curan tras el tratamiento, en aproximadamente uno de cada cinco el cáncer reaparece, ya sea volviendo al mismo lugar que el tumor original o al extenderse a otras partes del cuerpo (metástasis).

El equipo de expertos de esta investigación analizó datos de la secuencia genética de los tumores de mil pacientes con cáncer de mama, según explicará en la presentación el doctor Lucy Yates, oncólogo de investigación clínica del Instituto Sanger de Wellcome Trust, en Cambridge, Reino Unido. En 161 casos, había muestras de tumores recurrentes o metástasis.

Los autores compararon los genes del cáncer presentes en muestras de cáncer en el primer diagnóstico (tumores primarios) con las que estaban presentes en los cánceres recurrentes.

Así, estos expertos hallaron diferencias genéticas entre los tumores primarios y recurrentes, con algunas distinciones adquiridas durante las fases posteriores, cuando los cánceres reaparecieron y comenzaron a extenderse.

Los investigadores dicen que estos hallazgos tienen importantes implicaciones para la medicina personalizada. Si cánceres individuales pueden cambiar genéticamente con el tiempo, significa que los tratamientos que se dirigen a una mutación genética particular, ya sea en la clínica o en ensayos, pueden tener que modificarse a medida que la enfermedad progresa, guiándose por la toma regular de muestras de tejido cancerígeno, en lugar de basar el tratamiento sólo en muestras tomadas cuando el cáncer se diagnostica por primera vez.

"Hemos encontrado que algunas de las mutaciones genéticas que conducen a cánceres de mama que recaen son relativamente poco comunes entre los cánceres que no resurgen en el punto del primer diagnóstico. Creemos que las diferencias que hemos visto reflejan diferencias genéticas que pueden predisponer a un cáncer a regresar, combinadas con mutaciones adquiridas a lo largo del periodo comprendido entre el primer diagnóstico y la recaída posterior. Algunas de estas alteraciones genéticas son potenciales objetivos de los fármacos", añade Yates.

En un cáncer individual, se puede acumular una amplia gama de alteraciones genéticas o epigenéticas y limitar los acontecimientos posteriores que pueden promover la supervivencia del cáncer a través de la recaída.

Alternativamente, factores ambientales específicos, como la respuesta del sistema inmunológico, diferentes tratamientos o el entorno de la propia metástasis pueden influir en casos de genes de cánceres raros.

Entre estas mutaciones en etapas posteriores, los investigadores hallaron "evidencia convincente" de la actividad en la supresión tumoral de dos genes relacionados llamados JAK2 y STAT3 que operan dentro de la misma vía de señalización.

"En algunos cánceres de mama, una interrupción en esta vía de señalización parece ser ventajosa para la supervivencia del cáncer --señala Yates--. Curiosamente, esto contrasta con el papel de JAK2 en algunosotros tipos de cáncer, donde el exceso de actividad del gen impulsa la malignidad más que suprimirla".

Se sabe que la mejora de la señalización JAK-STAT juega un papel importante en el desarrollo del cáncer y la evidencia preclínica parece sugerir que la inhibición del gen sería terapéuticamente ventajoso.

Estos hallazgos han llevado al desarrollo de ensayos clínicos para el cáncer de mama usando inhibidores de JAK con la esperanza de quese ralentice la progresión del cáncer.

"Sin embargo, nuestros resultados sugieren que, en un subgrupo de cánceres, la inhibición de esta vía puede tener el efecto contrario y esto requiere más investigación.

En general, esta observación pone de relieve la importancia de comprender la diversa naturaleza de los cánceres de mama en la era de la medicina de precisión", concluye Yates.

Publicidad