Alzheimer
Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) descubre cómo el Alzheimer afecta a la memoria visual
El autor principal del estudio, Chinnakkaruppan Adaikkan, ha indicado que en el estudio se descubre "en cierto modo, una biología fundamental que no se conocía antes".
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Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, concluye que la enfermedad del Alzheimer perturba al menos una forma de memoria visual al degradar un circuito recientemente identificado que conecta los centros de procesamiento de la visión de cada hemisferio cerebral. Los resultados del estudio fueron obtenidos por un equipo de investigadores con base en el Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria, y además han sido publicados en la revista 'Neuron'
Los experimentos han sido desarrollados en ratones, pero igualmente proporcionan una base fisiológica para observaciones previas en pacientes de raza humanos: el grado de disminución de la sincronía del ritmo cerebral entre regiones homólogas en cada hemisferio se correlaciona con la gravedad clínica de la demencia. El autor principal del estudio, Chinnakkaruppan Adaikkan, ha indicado que en el estudio “demostramos que existe un circuito funcional que puede explicar este fenómeno. En cierto modo, descubrimos una biología fundamental que no se conocía antes".
¿Qué añade este estudio al conocimiento que se tiene sobre el Alzheimer?
Más concretamente, el estudio señala que se han identificado las neuronas que conectan el córtex visual primario (V1) de cada hemisferio y además, demostró que cuando las células se interrumpen, ya sea por alteraciones genéticas que modelan la enfermedad de Alzheimer o por perturbaciones directas en el laboratorio, la sincronía del ritmo cerebral se reduce y los ratones se vuelven significativamente menos capaces de notar cuando aparece un nuevo patrón en una pared de sus recintos. Este reconocimiento de la novedad, que requiere la memoria visual de lo que había el día anterior, es una capacidad comúnmente alterada en la enfermedad del Alzheimer. Junto a Adaikkan, Li-Huei Tsai, catedrático de Picower y director del Instituto Picower y de la Iniciativa sobre el Envejecimiento del Cerebro del MI,T informa de que “este estudio demuestra la propagación de la sincronía del ritmo gamma a través de los hemisferios cerebrales mediante la conectividad hemisférica cruzada. Y también demuestra que la alteración de este circuito en modelos de ratón con EA se asocia a déficits conductuales específicos".
A lo largo de esta investigación, estos investigadores descubrieron y rastrearon las neuronas de V1 que extendían sus axones por todo el cuerpo calloso, que conecta los hemisferios cerebrales, hasta las células de V1 del otro lado del cerebro. Y fue ahí cuando los científicos descubrieron que las neuronas transhemisféricas (CH) forjaban conexiones, o sinapsis, con las células objetivo, proporcionándoles una estimulación "excitatoria" para impulsar su actividad. Otro de los descubrimientos fue que las neuronas CH eran mucho más propensas a activarse en una tarea de discriminación de novedades que las neuronas V1 en general o las neuronas de otras regiones muy implicadas en la memoria, como el hipocampo o el córtex prefrontal.
Por ello, se ha descubierto que la enfermedad del Alzheimer afecta a la memoria visual con la curiosidad de saber cómo podría diferir esto en la propia enfermedad. Los científicos observaron que la actividad de las células CH disminuía significativamente en medio de la enfermedad. Aunque no es de extrañar que los ratones con Alzheimer obtuvieran peores resultados en las tareas de discriminación de novedades.
La importancia de las células CH
El equipo examinó de cerca las células CH y descubrió que recogen la entrada de otras células dentro de su V1 y otras regiones de su hemisferio que procesan la información visual. Cuando compararon las conexiones entrantes de las neuronas CH sanas con las de las células CH afectadas por el Alzheimer, descubrieron que las células de la enfermedad tenían una infraestructura significativamente menor para albergar las conexiones entrantes (medida en términos de espinas que albergan sinapsis y que sobresalen de las dendritas en forma de vid que salen del cuerpo celular). Dadas las observaciones que correlacionan la reducción de la sincronía del ritmo cerebral y el rendimiento de la memoria en la enfermedad de Alzheimer, el equipo se preguntó si esto también ocurría en los ratones. Para averiguarlo, diseñaron electrodos a medida para medir la actividad rítmica simultáneamente en todas las capas corticales de cada hemisferio V1. Observaron que la sincronía transhemisférica aumentaba notablemente entre los V1 cuando los ratones realizaban la discriminación de novedades, pero que la sincronía, tanto en los ritmos de alta frecuencia gamma como en los de baja frecuencia theta, era significativamente menor en los ratones con Alzheimer que en los sanos.
Comprobando esto, Adaikkan indicó que las pruebas eran sólidas, pero sólo sugestivas de que las neuronas CH proporcionaban los medios por los que las regiones V1 de cada lado del cerebro podían coordinarse para permitir la discriminación de la novedad, y que esta capacidad se vio socavada por la degradación de la conectividad de las células CH por el Alzheimer. Para determinar de forma más directa si el circuito de las CH desempeñaba ese papel causal y consecuente, el equipo intervino directamente para interrumpirlas, probando qué efecto tenían las perturbaciones dirigidas.
Otra de las novedades que descubrieron los investigadores es que la inhibición química de las células CH interrumpía la sincronía del ritmo entre las V1, lo que reflejaba las medidas realizadas en ratones modelo de Alzheimer. Y antee esto, la interrupción de la actividad de las células CH socavaba la capacidad de discriminación de novedades. Para comprobar si la naturaleza transhemisférica de las células era lo que importaba específicamente, diseñaron las células CH para que se pudieran controlar con destellos de luz (una tecnología denominada optogenética). Cuando hicieron brillar la luz sobre las conexiones que forjaron en el otro hemisferio para inhibirlas, descubrieron que al hacerlo se comprometía de nuevo la capacidad de discriminación visual.
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Conclusión de los resultados del estudio
En su conjunto, el estudio muestra unos resultados que demuestran que las células CH de V1 se conectan con las neuronas de la zona homóloga del hemisferio opuesto para sincronizar la actividad neuronal necesaria para reconocer correctamente la novedad, pero que la enfermedad de Alzheimer daña su capacidad para realizar ese trabajo. De esta manera, el autor Adaikkan apunta que tiene curiosidad por observar ahora otras posibles conexiones transhemisféricas y cómo pueden verse afectadas también en la enfermedad de Alzheimer. Señalando que también quiere y estudiará lo que ocurre con la sincronía en otras frecuencias rítmicas. Lo que sería otro gran avance en el conocimiento de esta enfermedad.
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