Dietas

Dietas virales: ¿promesas milagro o ciencia?

La mitad de la población española ha seguido alguna vez una dieta de moda sin control clínico, una práctica que alarma a los profesionales sanitarios por los posibles efectos adversos que esconde. El auge de las redes sociales, con sus mensajes simplificados y recetas milagrosas, multiplica el impacto de estos patrones alimentarios de rápido consumo. ¿Hay base científica detrás o son solo fuegos de artificio dietéticos?

Dieta baja en calorías

Publicidad

La explosión de métodos para "adelgazar sin esfuerzo" no es nueva, pero sí lo es el altavoz que hoy brindan TikTok, Instagram o YouTube. Basta una búsqueda rápida para encontrar retos de ayuno intermitente, planes détox a base de zumos, nuevas variantes de la dieta carnívora o—lo último en llegar—las llamadas "dietas de las princesas", un reto viral que anima a imitar los menús de cada princesa Disney con apenas 300-600 kcal al día (agua, infusiones y alguna fruta). Una restricción tan drástica que endocrinos y nutricionistas alertan de su grave déficit nutricional y del riesgo de desencadenar trastornos de la conducta alimentaria.

"Cada vez que adoptamos a ciegas un patrón alimentario que quizá no nos conviene, estamos jugando con nuestra salud", avisa la nutricionista Uxía Rodríguez Lavandeira, del Servicio de Estilos de Vida Saludables de la Dirección Xeral de Saúde Pública -Xunta de Galicia-. Entre los planes más populares cita el ayuno intermitente—en modalidades 16:8 o días alternos—, un método que "puede mejorar ciertos marcadores metabólicos y favorecer la pérdida de peso, pero no supera a una alimentación equilibrada". También señala "el riesgo de efecto rebote y las posibles alteraciones del ciclo menstrual en mujeres en edad fértil". La clave, insiste Rodríguez Lavandeira, es no confundir resultados preliminares con certezas y recordar que "una estrategia vale tanto como su sostenibilidad en el tiempo".

El boom del ayuno intermitente

A medio camino entre la moda y la investigación clínica, el ayuno intermitente se ha convertido en la estrella de los titulares. Algunos estudios muestran mejoras en la sensibilidad a la insulina o la presión arterial; sin embargo, los metaanálisis más recientes confirman que quien restringe las horas de ingesta pierde tanta grasa como quien recorta calorías de forma tradicional. La diferencia es que el ayuno impone largas ventanas sin comer, difíciles de conciliar con una vida social y laboral normal.

Vegetarianismo y veganismo: cuando la ciencia respalda

"Otra tendencia —apunta Rodríguez Lavandeira— es el auge de las dietas basadas en plantas, tanto vegetarianas como veganas", indica. Bien planificadas, añade, "son adecuadas en todas las etapas de la vida y pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos cánceres". Eso sí, subraya la importancia de suplementar vitamina B12 y vigilar otros micronutrientes. La evidencia es sólida: las guías dietéticas de varios países respaldan patrones centrados en legumbres, verduras, frutas, frutos secos y cereales integrales. El reto está en diseñarlas con precisión, tarea para la que conviene el acompañamiento de un dietista-nutricionista.

El lado oscuro de la dieta carnívora y la guerra al carbohidrato

En el extremo opuesto surge la dieta carnívora—que excluye cualquier alimento vegetal—y los planes ultra-low-carb de inspiración cetogénica estricta. "No cuentan con respaldo científico y pueden acarrear déficits nutricionales, además de alterar la microbiota intestinal", recalca Rodríguez Lavandeira. Las bacterias intestinales se nutren, en gran parte, de la fibra vegetal; privarlas de ese combustible compromete la inmunidad y favorece la inflamación crónica de bajo grado.

Dietas milagro: promesas que enferman

El mayor peligro lo representan los planes que prometen "perder diez kilos en un mes" sin ejercicio ni cambios de hábito. "Las dietas milagro —advierte la nutricionista— suelen ser desequilibradas, insostenibles y entrañan riesgos reales para la salud física y mental: culpa, ansiedad ante la comida y mayor predisposición a trastornos de la conducta alimentaria". Entre las más citadas se encuentran la dieta Dukan y otras hiperproteicas sin control—capaces de sobrecargar el riñón y disparar el colesterol—; los planes détox , que ignoran la función natural del hígado y los riñones; las monodietas de un solo alimento, responsables de carencias severas; y pseudoterapias como la dieta alcalina o la del grupo sanguíneo, convertidas en plataformas de confusión nutricional.

La única estrategia sostenible

Los especialistas coinciden: ninguna tendencia sustituye a la alimentación equilibrada de toda la vida. Frutas y hortalizas frescas, legumbres varias veces por semana, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva virgen extra y pescado azul son, junto con el agua, los pilares de un patrón saludable. Cocinar más en casa, reducir ultraprocesados y mantener horarios regulares completan la ecuación. "La única receta contrastada para controlar el peso y prevenir enfermedades es adoptar hábitos alimentarios que podamos mantener siempre, no solo hasta que pase la moda", concluye Rodríguez Lavandeira.

Al final, lo que marca la diferencia no es la dieta de turno, sino la suma de decisiones cotidianas que convertimos en rutina. Y esa, a diferencia de las promesas milagrosas, no caduca.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com

Publicidad