Día Mundial de la Salud Mental

Cuando a tu madre le comunican que tienes un problema de salud mental: "Es una sentencia de muerte en vida"

El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y desde la Newsletter damos voz a los familiares de estos pacientes.

Una madre con su hijo

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Y de pronto, todo cambia. Los pilares que hasta ahora sostenían tu rutina diaria se tambalean y lo que antes te parecía monótono ahora es el único sostén que te queda para agarrar.

Aunque mente y cuerpo mandan señales, lo cierto es que rara vez las escuchamos y cuando menos te lo esperas la salud mental se cruza en tu camino. Según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) publicado recientemente en el 'Journal of Affective Disorders', las hospitalizaciones de adolescentes por depresión en España se han incrementado en las dos últimas décadas en más de un 1200%, pasando de 173 casos en el año 2000 a casi 1.800 en 2021.

Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y desde la Newsletter de Antena 3 Noticias nos acercamos a esta problemática a través de la voz de las familias, en concreto de Sonia Herrero, fundadora de la Asociación Humanamente (www.humana-mente.es).

Sonia, abogada de profesión "tocó fondo" tras 15 años en el mundo de las organizaciones internacionales y el sector corporativo, pero un día, su cuerpo "dejó de seguir las órdenes; se colapsó" y tuvo que "parar porque se había quemado". Fue entonces cuando comenzó su formación como coach de vida, pero diez años después su vida volvió a dar un vuelco. "Esta vez de la mano de mi hijo de diecinueve que, de forma súbita e inesperada, experimentó varios brotes psicóticos".

Herrero se define como resiliente, la vida le ha enseñado a sobrevivir y buscar el lado amable incluso de los malos momentos y esto ha sido lo que ha hecho con la enfermedad de su hijo. "Cuando él empezó a perder la razón, nosotros veíamos que le perdíamos a él, que ya no podía hablar con nosotros, que estaba cada vez más en su mundo. Al principio no pensé que eso me iba a ayudar a mí de ninguna forma. Fue a través de su proceso, como yo como madre empecé a movilizarme para ayudarle y, sobre todo, para buscar soluciones que el sistema de salud pública no nos ofrecía", nos explica la coach.

Así se siente el diagnóstico

Esos primeros momentos fueron duros e intensos en la misma proporción. "Se sienten muchas cosas, al principio es un proceso de mucho miedo,de preocupación, angustia... No sabes qué está pasando. Luego ya le dan un diagnóstico, está en el hospital y eso parece que se va asentando, pero luego empieza otra fase de sentirte invisible, ignorada, de no entender. Mi libro se llama 'Cuando nos volvimos locos' porque yo en esa fase empecé a pensar: 'soy yo la que me estoy volviendo loca'", reconoce Sonia Herrero.

Esa soledad de la que habla probablemente todos la hayamos experimentado, porque aunque algunos diagnósticos no hubiéramos querido escucharlos nunca, poder poner nombre a las cosas nos da seguridad, al menos cuando estamos dentro de las paredes de un hospital. El problema real comienza cuando esas puertas del centro se abren y hay que vivir en la vida real.

La soledad de los familiares

"Cuando a mi hijo le dieron el alta tras su primer ingreso en el hospital psiquiátrico él no estaba bien. Él estaba un poco más calmado, más regulado y entonces ya no era un peligro ni para, él ni para nosotros y por eso le dieron el alta, pero él no estaba como para volver a estudiar ni para empezar a trabajar. Le dieron el alta, pero nadie habló conmigo como madre para explicarme lo que iba a pasar después, cómo le podíamos acompañar, cómo iba a ser ese proceso, a qué sitios podíamos ir... Ahí fue cuando empecé a decir: '¿qué está pasando aquí? Cómo algo tan grande, que yo sola no puedo gestionar ni sostener y todo el mundo lo ignora'. Desde el momento que abren la puerta del hospital y él sale, ahí ya se crea un vacío enorme que lo cubrimos los familiares y ahí empezó una fase de frustración, de sentirme sola y, claro, lo que tiene el trastorno mental es que hay mucho tabú en nuestra sociedad y mucha discriminación todavía, un impulso que yo también tenía era el de no hablarlo con nadie, para protegerlo a él y también protegerme a mí, pero esto era demasiado como para no contárselo a nadie", recuerda Herrero que cambia el tono para decir: "Decidí romper con eso y decidí hablar de ello".

Compartir su historia con el mundo ayudó a Sonia. Al principio reconoce haber estado muy mal. "Yo me asusté mucho, me deprimí, yo estaba muy mal" y ver a su madre así lejos de ayudar a su hijo le hacía sentirse culpable.

"Él me llegó a decir: 'Mamá, cuando te preocupas tanto por mí, es una carga que yo tengo que llevar'. Él se sentía muy culpable. Imagínate que tu cabeza empieza a hacer cosas que tú no puedes controlar y tú ves a las personas que más quieres sufriendo, llorando, esperando a que tú cambies, pero tú no puedes hacer nada. A él le hizo mucho bien que yo empezara a ocuparme de mí, que yo dijera: 'Voy a ocuparme yo de mi sufrimiento. Yo me ocupo de mí y tú ocúpate de ti'".

"Yo me ocupo de mí, tú ocúpate de ti"

Por ello, desde entonces quiere transmitir ese mensaje al resto de madres: "Es demasiado esperar que tú sola puedas ayudar a tu ser querido a que salga de una depresión de una psicosis de un trastorno de conducta" por eso insiste: "Se nos está exigiendo demasiado, hay que separarlo y decir yo busco otra ayuda. Creo que parte de su recuperación fue eso que le di más espacio. Yo creo que nos fuimos recuperando los dos en paralelo", explica.

Reconoce que se siente "culpa" y "vergüenza". "Sí, la vergüenza está relacionada, yo creo, con la forma que tenemos en nuestra sociedad de mirar los problemas de salud mental que los miramos con mucho miedo. Y claro, cuando esa persona que hace esas cosas es tu hijo pues se activa una vergüenza muy fuerte de qué mala madre he sido, cómo es posible que mi hijo esté así. O cuando mi hijo estaba muy deprimido que no salía de la cama cómo puede ser, qué he hecho yo mal. Y yo creo que es algo que está muy presente en nuestra sociedad, que se nos deja a las madres, y digo a las madres porque para mí no es la familia, es a las madres de que si algo no hacen bien nuestros hijos enseguida está esa mirada de qué has hecho tú con tu hijo, le has malcriado y esa sensación también estaba dentro de mí·".

Afortunadamente el hijo de Sonia "está curado". Desde su último brote han pasado ya dos años y él está sin medicación por eso lanza también la esperanza a todos lo que estén pasando por este proceso. "Sí, sí tiene cura. Mi hijo se ha recuperado. Es muy duro cuando te dicen: 'Usted vaya haciéndose a la idea de que esto es para toda la vida y la medicación se le podrá ir reduciendo un poco, pero es para toda la vida. Es como una sentencia de muerte, pero en vida. Va a depender de muchas cosas, a mí lo que me ayudó es que por mi formación sabía que esto no tenía que ser así, te puedes recuperar y hay psiquiatras que lo dicen, tienen una mirada un poco más humana de lo que es la salud mental".

Herrero termina esta entrevista con un deseo: "Se necesita una institución nueva, como una figura nueva de sostén a los familiares porque tu tienes un trabajador social dentro del hospital, pero cuando le dan el alta se genera un vacío enorme. Nosotros en la asociación estamos creando la figura de la orientación. Una figura de reforzar a los familiares porque cuanto más fuertes estemos los familiares, más bien equipados, mejor vamos a poder sostener".

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