Cáncer apéndice

El cáncer de apéndice, en sigilo, ha triplicado su incidencia: "Lo último que se esperan, es que vaya a ser maligno"

El cáncer de apéndice es un cáncer poco frecuente que actúa de forma silenciosa.

Una mujer con dolor abdominal

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No es de los más conocidos. No suele protagonizar grandes campañas, sin embargo, en silencio está dejando un reguero de diagnósticos que preocupa a los expertos. Hablamos del adenocarcinoma apendicular o cáncer de apéndice.

Se trata de un tumor gastrointestinal, con una incidencia estimada de entre 0,1 y 0,2 casos por cada 100.000 personas al año. Representa menos del 1% de todos los cánceres digestivos.

Sin embargo, todas las alarmas han comenzado a sonar en Estados Unidos después de un nuevo estudio que señala que su comportamiento podría haber mutado. Los firmantes del estudio pertenecen al Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt y apuntan a que la tasa de incidencia de este cáncer se habría triplicado en los nacidos después de 1980 y se cuadruplicaron entre la cohorte de nacimiento de 1985. Se pone el foco sobre todo en la Generación X y los Millennials. Y ojo, porque este comportamiento se repitió en todos los subtipos histológicos de este cáncer y también se ha apreciado en otros países como en España.

La semana pasada nos pedisteis en la encuesta de WhatsApp de la Newsletter que investigásemos sobre el tema y para ello nos hemos puesto en contacto con Sandra Lara, presidenta de la Asociación Peritoneum. "Es muy desconocido por la baja incidencia que tiene. Hasta ahora se estaba hablando de uno entre un millón, pero estamos viendo en los últimos años como está creciendo la incidencia de este cáncer. Sigue siendo muy baja, comparada con otros, pero nos estamos encontrando entre 2 y 3 casos entre un millón, lo que quiere decir que se está doblando y triplicando, en muchas ocasiones, la incidencia. Como muchas enfermedades categorizadas de raras, es muy poco conocido por la población general y, en muchas ocasiones, dentro del entorno sanitario".

Para llegar a estas estadísticas los investigadores crearon 21 cohortes de nacimiento superpuestas y estimaron las tasas de incidencia en relación con una cohorte de nacimiento de 1945. Se identificaron un total de 4.858 personas diagnosticadas con este tumor con edad de 20 años o más. En el estudio publicado en 'Annals of Internal Medicine' se indica la necesidad de realizar investigaciones histológicas específicas, ya que las tasas de incidencia en generaciones más jóvenes suelen ser indicativas de la carga de enfermedad futura.

Este cáncer en muchas ocasiones se diagnostica de forma fortuita. Muchos pacientes parecen presentar síntomas parecidos a los de una apendicitis aguda por lo que se les detecta al realizarles una apendicectomías. Otras personas pueden presentar síntomas inespecíficos como dolor abdominal, pérdida de peso o signos de obstrucción intestinal. "Uno de los retos que presenta es que en los estados iniciales pasa muy desapercibido, es muy silente, la sintomatología que da podrían ser mil cosas diferentes", apunta Sandra Lara para añadir: "Luego muchas veces se encuentran directamente con que se confunden con una apendicitis y no es hasta después de esta primera intervención, como si fuera una apendicitis, que se analiza el tejido, se hace una anatomía patológica y en el mejor de los casos se detecta".

¿Y cómo se trata este cáncer? La respuesta a esta pregunta depende de en qué fase se detecte la enfermedad. Un procedimiento habitual pasa por la cirugía y después quimioterapia. La radioterapia, sin embargo, no es habitual para este tipo de cáncer.

Desde la Asociación Peritoneum reclaman que desde que existe el diagnóstico se derive a cada paciente a una unidad especializada, que según recuerdan "hay pocas" en España. "Como Asociación lo que reivindicamos es que lo más importante es que cualquier paciente que se le detecte un cáncer de apéndice se le derive de una manera rápida y fácil a las unidades de referencia. (Estas unidades de referencia se pueden consultar en la web de la asociación). Ojalá que ya desde el primer momento se hicieran estas derivaciones. Actualmente no hay un protocolo para hacerlo y hace que ese tiempo tan vital para los pacientes aumente desde que se hace el diagnóstico hasta que se inicia el tratamiento", afirma Sandra, que también pone el foco en que se le dé visibilidad y se inviertan más recursos para poder hacer estos tratamientos.

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