Vandalismo
Un turista graba su nombre y el de su novia en las paredes del Coliseo romano
El Coliseo de Roma, uno de los monumentos más emblemáticos de la historia y el arte, fue víctima de un acto de vandalismo por parte de un individuo que escribió su nombre y el de su novia con un objeto punzante en uno de sus milenarios ladrillos.
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El sujeto, que fue grabado por otro turista, cuando se da cuenta de que alguien está inmortalizando su estúpido acto simplemente se gira sonriendo. Menos gracia le hará enfrentarse a las consecuencias de su acto que son una multa que en su cuantía mínima supera los 2.000 euros y a una posible pena de cárcel por dañar el patrimonio cultural.
Este no es el primer caso de vandalismo que sufre el Coliseo romano, que se enfrenta continuamente a las agresiones de ciertos turistas empeñados en inscribir a la fuerza sus nombres, ni tampoco el único monumento que ha sido atacado por personas que no respetan su valor ni su significado. A lo largo de los años, muchos lugares culturales emblemáticos han sido objeto de pintadas, grafitis, destrozos o robos por parte de vándalos, manifestantes o turistas irresponsables.
Algunos ejemplos recientes son los siguientes:
- En 2020, un grupo de turistas se coló ilegalmente en el Templo del Sol, en Machu Picchu, Perú, y causó daños en las ruinas. Uno de ellos incluso defecó entre las piedras. Cinco fueron deportados y uno enfrentó cargos por "destruir el patrimonio cultural de Perú".
- En 2019, la estatua de la Sirenita, en Copenhague, Dinamarca, fue pintada varias veces con mensajes políticos o sociales. Uno de ellos decía "Free Hong Kong" y otro criticaba la caza de ballenas en las Islas Feroe.
- En diciembre de 2018, el Arco del Triunfo, en París, Francia, fue cubierto de grafitis por el movimiento de los "Chalecos amarillos", que protestaban contra el gobierno. Algunos decían "Los chalecos amarillos triunfarán" o "Macron dimisión".
¿Actos reivindicativos o idiocia?
Algunos sectores defienden el derecho a intervenir en los monumentos como una forma de expresión o de reivindicación. Aunque estos actos de vandalismo generan indignación y rechazo en la mayoría de la sociedad, que considera que se trata de una falta de respeto y una agresión al legado histórico y artístico de la humanidad.
Uno de los colectivos que apoyan la vandalización de los monumentos es 'Restauradoras con Glitter', que en 2019 lanzó un manifiesto en el que más de 300 profesionales del ámbito cultural apoyaban la conservación de las pintadas realizadas durante las protestas feministas en México. Según ellas, las intervenciones en los monumentos cuestionan los símbolos nacionales y reflejan los valores y las demandas de la sociedad actual.
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Esta postura abre un debate sobre el concepto y el sentido de la conservación del patrimonio cultural. ¿Debe prevalecer la integridad material de los objetos o debe reconocerse su valor simbólico y social? ¿Quién decide qué es digno de ser conservado y qué no? ¿Cómo se puede conciliar el respeto al pasado con la atención al presente?
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