Terry Gobanga | Facebook

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EN KENIA

La tragedia de Terry: secuestrada, violada y apuñalada el día de su boda

Al darse cuenta de que tenía por error la corbata de su futuro marido, intentó devolvérsela pero por el camino un grupo de hombres la introdujo en un coche a la fuerza.

Terry Gobanga, por entonces Terry Apudo, era una joven pastora anglicana de la capital de Kenia, Nairobi. El día previo a su boda se dio cuenta que tenía la corbata de su futuro marido, Harry Olwande. "Él no podía llegar a su boda sin corbata", cuenta Gobanga, y prosigue: "Así que una amiga que se quedó a pasar la noche conmigo me prometió que lo primero que haría en la mañana sería llevársela".

Al día siguiente acompañó a su amiga a la estación de autobuses, según relata a la BBC. De vuelta a casa, vio a un hombre sentado sobre el capó de un coche. Al llegar a su altura, la agarró por la espalda y la metió en el asiento trasero.

El vehículo se puso en marcha. En el interior del vehículo había otros dos hombres. Le metieron un pedazo de tela en la boca. Forcejeó e intentó gritar, hasta que al final consiguió chillar: "¡Es el día de mi boda!". En aquel momento recibió el primer golpe y uno de ellos le dijo que o colaboraba o iba a morir.

La violaron en grupo

Se turnaron para violarla. "Estaba segura de que moriría", relata Gobanga, pero no fue así. Uno de los violadores le quitó la mordaza y ella le mordió los genitales. Ante el grito de dolor de su compañero, otro de ellos la clavó un cuchillo en el costado. Abrieron la puerta y la echaron del coche en marcha.

Habían transcurrido seis horas desde su secuestro y se encontraba en las afueras de Nairobi. Estaba a kilómetros de su casa. Fue encontrada por un niño que corrió a avisar a su abuela. La Policía llegó y trataron de tomarla el pulso, pero no lo consiguieron. La dieron por muerta.

La envolvieron en una sábana y la dirigieron a la morgue. De camino, comenzó a ahogarse y tosió. Uno de los policías se dio cuenta, dio media vuelta y condujo hacia un hospital.

Llegó al hospital medio desnuda, cubierta de sangre y con la cara hinchada por los golpes. "Llegué en shock, murmurando sin coherencia", cuenta Gobanga.

"No vas a poder quedarte embarazada"

En el hospital le dieron la píldora del día después, fármacos antirretrovirales para protegerla del VIH y del sida, y cosieron la puñalada que había recibido. Fue después, cuando los médicos le dieron una terrible noticia: "La herida de la puñalada en tu útero es tan profunda que no vas a poder quedarte embarazada".

Durante su recuperación contó con el apoyo de su familia y Harry, que en todo momento se mantuvo a su lado. "La quiero cuidar, asegurarme de que se recupera en mis brazos, en nuestra casa", exclamaba él.

La policía no encontró a los violadores. Gobanga fue a numerosas ruedas de reconocimiento pero, entre todos aquellos hombres, no encontró a quienes la habían atacado. Cada vez que asistía a una rueda de reconocimiento su sufrimiento crecía, hasta que finalmente decidió no seguir adelante.

Positivo en VIH

Tres meses después de la violación le dijeron que las pruebas del VIH habían dado positivo, pero debían esperar tres meses más para poder confirmarlo. A pesar de todo, ella y Harry empezaron a volver a planear la boda. Fue entonces cuando recibió la llamada de otra mujer que había pasado por su misma situación, Vip Ogolla. Ogolla y sus amigas querían regalarle su boda y le anunciaron que tendría para aquel día todo lo que quisiese.

Siete meses después de la violación, Harry y Gobanga contrajeron matrimonio y se fueron de luna de miel. A los 29 días de haber regresado, el matrimonio se encontraba en su domicilio. La noche era fría, por lo que Harry encendió una estufa de carbón y la llevó a la habitación. Tras la cena, Harry retiró la estufa y los dos se acostaron.

Gobanga volvió a sentir frío y pidió a su marido que cogiese una colcha más. Harry le dijo que no podía levantarse, no tenía fuerzas. Ella tampoco conseguía levantarse. Se dieron cuenta de que algo iba mal. Antes de que pudieran hacer algo, perdieron el conocimiento los dos.

Gobanga se recuperó, salió de la cama y vomitó, con lo que recuperó algo de fuerza. Consiguió arrastrarse hasta el teléfono y llamó a su vecina. Volvió a despertar ya en el hospital y. al preguntar por su marido. uno de los doctores le constestó: "Lo siento, pero tu esposo no sobrevivirá".

Un mes más tarde de su boda, volvía a visitar la misma iglesia, solo que esta vez para enterrar a su marido. La autopsia esclareció lo ocurrido: el dióxido de carbono (producto de la combustión del carbón de la estufa) inundó su sistema y se asfixió.

Tres años después de todos aquellos hechos, Gobanga se casó con Tonny Gobanga, y un año más tarde, la dijeron, para su sorpresa, que estaba embarazada. A pesar de los daños recibidos en el útero por aquellas puñaladas, dio a luz a una niña, Tehille. Cuatro años después tuvo a su segunda hija, Towdah.

Ha escrito un libro sobre su experiencia titulado Crawling out of Darkness (Saliendo de la oscuridad) y fundó la organización Kara Olmurani, en la que trabajan junto a supervivientes de violaciones.

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