La reunión comienza con un almuerzo de trabajo ofrecido por el anfitrión, Nicolas Sarkozy, a los presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Rusia, Dimitri Medvédev, y los primeros ministros de Japón, Reino Unido, Italia, y Canadá, junto con la canciller alemana, Angela Merkel.
Los ocho dirigentes, cuyos países representan dos tercios del PIB mundial y el 50% del comercio, tratarán la fragilidad de la recuperación económica, y la crisis de la deuda de la zona euro, y probablemente, de manera informal, la sucesión en el FMI. También intervendrá el primer ministro japonés, Naoto Kan, para informar de la situación en su país tras el seísmo de marzo y la catástrofe en la central nuclear de Fukushima.
La primera sesión de trabajo versará sobre la seguridad nuclear, las futuras políticas energéticas y el cambio climático. Los dirigentes del G8 dedicarán por primera vez una sesión de trabajo a internet, y escucharán de ocho de los "gurús" de la red las conclusiones de dos días de intensos debates celebrados esta semana en París.
Estos concluyeron ayer con un llamamiento a los gobiernos para que sean "muy prudentes" en la regulación de su uso. La reunión, en la localidad costera de Deauville (Normandia), se celebra en medio de intensas medidas de seguridad, con la movilización de más de 12.000 policías y personal militar.