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TRAS LA VERSIÓN DE SEYMOUR HERSH

La mayor operación antiterrorista de EEUU en décadas, en tela de juicio

Nadie duda de que Osama bin Laden está muerto pero cómo se acabó con su vida cuenta ahora con una nueva versión, la de un reputado periodista que fue premio Pulitzer. Su teoría quita heroicidad y habla de una operación con muchos menos riesgos y más dólares de por medio. Los partidarios de las teorías de la conspiración son los únicos que, por ahora, la otorgan algo de credibilidad.

La foto es del 2 de mayo de 2011. Con rostros serios y concentrados, el presidente de EEUU, Barack Obama, y sus colaboradores mas cercanos siguen desde la Casa Blanca una operación militar. No era una más: un equipo de agentes de élite estaba a punto de acabar con la vida del enemigo público número uno: Osama Bin Laden. El fundador de Al Qaeda, el hombre que provocó el atentado de las Torres Gemelas, había sido localizado por la CIA en su escondite de Pakistán y Estados Unidos, después de años de busqueda, por fin había dado con él.

Ésa es la versión que hasta ahora se ha dado por la real. Hasta ahora porque Seymour Hersh, un periodista de gran reputación, ha revelado su propia teoría, una que no habla de una operación preparada al milímetro durante meses y llena de riesgos, como la de la Casa Blanca. El informador, que tiene como aval de credibilidad haber ganado un premio Pulitzer, asegura que Obama no ha contado la verdad sino que sólo dio con Bin Laden gracias a un traidor paquistaní que vendió la información.

Pakistán habría tenido al líder de Al Qaeda durante años bajo un cómodo arresto domiciliario, según Hersh, a petición de Arabia Saudí. Al enterarse EEUU, la Casa Blanca habría amenazado al Gobierno paquistaní con retirar su ayuda militar si no les entregaban a Bin Laden.

La versión de Hersh implicaría que cientos de personas conocerían esta operación y la habrían mantenido en secreto, lo que supone el punto más débil para creerle. Se basa en dos supuestas fuentes de los servicios de inteligencia, aunque la teoría deja más lagunas por los riesgos de imagen que suponía tanto para Pakistán como para Obama.

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