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cerca de Tiflis, la capital georgiana

Hallan en Georgia la evidencia más antigua de elaboración de vino, de 8.000 años de antigüedad

Encontraron 26 muestras de tierra y una treintena de fragmentos de cerámica, pertenecientes a vasijas y recipientes, algunos de los cuales podían tener hasta un metro de alto y otro tanto de ancho.

El hombre ya hacía vino hace 8.000 años, según ha concluido un grupo de arqueólogos tras analizar las vasijas de arcilla encontradas en un yacimiento cerca de Tiflis, la capital georgiana.

"Ahora, cuando levantemos una copa de vino nos sumergiremos en una historia de no menos de 8.000 años", dijo Patrick McGovern, arqueólogo de la Universidad de Pensilvania, a la prensa local. Hasta ahora los expertos creían que el vino más antiguo databa de hace 7.000 años, la edad de las cepas halladas hace medio siglo en las montañas Zagros en Irán.

En cambio, los arqueólogos han encontrado pruebas de la existencia de vides aún más antiguas, concretamente de finales de la Edad de Piedra, tras más de cuatro años de trabajos en las montañas Gadachrili y Shulaveris, unos 50 kilómetros al sur de Tiflis.

Encontraron 26 muestras de tierra y una treintena de fragmentos de cerámica, pertenecientes a vasijas y recipientes, algunos de los cuales podían tener hasta un metro de alto y otro tanto de ancho. Esos trozos de cerámica contenían ácido tartárico, la confirmación de que los habitantes de la zona se dedicaban a hacer vino, en concreto, vino blanco.

"Los georgianos siempre han dicho que era el pueblo con la historia vinícola más antigua del mundo y ahora podemos corroborarlo", comentó Stephen Batiuk, profesor de la Universidad de Toronto. Los antiguos habitantes de la zona utilizaban grandes vasijas de arcilla para guardar el vino, algunas de las cuales podían contener hasta 300 litros de vino.

Especialistas israelíes confirmaron que esas vasijas datan del Neolítico, lo que sorprendió a muchos, ya que se pensaba que en esa época el hombre carecía de esa tecnología. También creen que los habitantes de la zona cultivaban sus propias uvas, aunque aún no lo han podido demostrar al no ser capaces de encontrar semillas de uva en el yacimiento.

Además, también consideran que plantaban árboles frutales, tenían ganado -ovejas y cabras-, se alimentaban de los peces de los ríos de la zona y practicaban la artesanía.

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