Una bandera británica al lado del resto de banderas de los países miembros de la UE

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PRIMEROS CHOQUES ENTRE LONDRES Y BRUSELAS

La UE frena el ímpetu de Reino Unido remarcando sus líneas rojas en la negociación del 'brexit'

El Reino Unido sigue sujeto a las leyes comunitarias hasta que esa desconexión sea total en 2019, con sus derechos y sus obligaciones. Es una de las principales advertencias que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha lanzado a Theresa May. Y también Angela Merkel y François Hollande se han apresurado a defender las posiciones de la UE ante el proceso de 'brexit' que se propone desde Londres.

Bruselas recibe con "tristeza" la carta que pone en marcha el 'brexit', según dijo el presidente del Consejo Europeo, que también subrayó que el Reino Unido sigue sujeto a las leyes comunitarias hasta que esa desconexión sea total en 2019. "No hay ninguna razón para pretender que es un día feliz aquí o en Londres", dijo Donald Tusk, quien subrayó que "la mayoría de los europeos y cerca de la mitad de los británicos deseaban permanecer juntos".

Afirmó que lo prioritario ahora es "minimizar la incertidumbre causada por la decisión de Reino Unido a nuestros ciudadanos, empresas y Estados miembros", y señaló que "paradójicamente, también hay algo positivo" en el 'brexit' pues "nos ha hecho a los 27 más determinados y unidos que antes". El Consejo Europeo y la Comisión Europea (CE) tienen el "fuerte mandato de proteger el interés de los Veintisiete", agregó Tusk, que adelantó que el proceso de negociación consistirá "en esencia" en un "control de daños".

Reino Unido seguirá siendo un Estado miembro hasta que se consume su salida, por lo que mantiene sus derechos y obligaciones

Para la Unión a Veintisiete, añadió, "el primer paso será la adopción de las directrices" de las negociaciones, que "establecerán el conjunto de las posiciones y principios a la luz de los cuales la Unión, representada por la CE, negociará con el Reino Unido", de quien esperan que en el futuro sea un "socio cercano". Se espera que en 48 horas, probablemente este viernes, Tusk haga público un borrador de "directrices negociadoras", que tendrán en cuenta el contenido y las intenciones expresadas en la carta británica y que en las semanas posteriores ese documento se debata a diferentes niveles, indicaron fuentes europeas.

De hecho, la Eurocámara ha presentado este miércoles las que serán sus 'líneas rojas' para pactar las condiciones de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, un acuerdo en cuya negociación no participará directamente pero sobre el que sí tendrá poder de bloqueo cuando sea concluido. Los principales grupos han pactado un borrador de resolución que será sometido al pleno del Parlamento Europeo el próximo miércoles en Estrasburgo y que, de ser confirmado, será la "base para evaluar" las negociaciones entre Londres y Bruselas.

"Queremos un buen acuerdo con Reino Unido, será un amigo después del 'Brexit'", ha dicho el presidente de la institución, el italiano conservador Antonio Tajani, en una rueda de prensa para presentar el documento. Le ha acompañado el jefe negociador de la Eurocámara para el 'Brexit', el liberal belga Guy Verhofstadt, quien ha querido dejar claro que "no se trata de ejercicios en el aire", sino de las condiciones para dar luz verde al acuerdo que se negocie.

Tusk: "No hay ninguna razón para pretender que es un día feliz aquí o en Londres"

La Eurocámara aspira a que haya unas negociaciones transparentes y que sea posible pactar una salida "ordenada", que no perjudique los intereses de los ciudadanos y empresas europeos, que ahora se enfrentan a la incertidumbre creada por la decisión de Reino Unido de abandonar el club comunitario. El documento recuerda que Reino Unido seguirá siendo un Estado miembro hasta que se consume su salida, por lo que mantiene sus derechos y obligaciones. Ello incluye, según recalcan los eurodiputados, su obligación de cumplir con sus compromisos presupuestarios (los programas europeos son de siete años) y reconocer la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Verhostadt ha subrayado que los intereses de los ciudadanos europeos deben ser una prioridad y también una de las primeras cuestiones a abordar en las negociaciones, porque no quiere que se conviertan en "moneda de cambio". Tampoco quiere que sea moneda de cambio la colaboración con Reino Unido en cuestiones clave como la seguridad y el terrorismo, por lo que la resolución que votará la Eurocámara apuesta por afianzar esta cooperación independientemente de que se logre o no un acuerdo satisfactorio sobre las relaciones futuras. En su carta para activar formalmente el proceso de divorcio, la primera ministra británica, Theresa May, ha avisado a los europeos de que un "no acuerdo" podría perjudicar también las relaciones en materia de seguridad y lucha antiterrorista.

El texto del Parlamento Europeo también responde de manera directa a otra de las aspiraciones fundamentales de Londres, que es negociar un acuerdo comercial en paralelo a las conversaciones de salida. La Eurocámara advierte de que esa eventual negociación paralela iría "en contra" de los Tratados y sólo contempla discutir sobre un arreglo transitorio que cubra el lapso entre la salida del país y la negociación de un acuerdo comercial.

Ese periodo transitorio deberá estar "estrictamente limitado" en el tiempo y no exceder los tres años, según ha explicado Verhofstadt. Además, su alcance no podrá ser nunca equiparable a las condiciones que ofrece ser miembro de la Unión Europea. "Nunca podrá ser mejor estar fuera de la Unión Europea que dentro. No es una cuestión de venganza o castigo, es la lógica de la Unión", han recalcado en la rueda de prensa los representantes de la Eurocámara, para advertir de que sea cuál sea el pacto negociado no podrá suponer más ventajas que ser miembro de pleno derecho de la UE.

Alemania y Francia priorizan el interés de los ciudadanos europeos

El 29 de abril próximo, en una cumbre extraordinaria, los líderes de los Veintisiete adoptarán las directrices que fijarán los principios básicos de las negociaciones. Las reacciones de los demás socios europeos destacaron la intención de garantizar su unidad y mantener buenas relaciones con Londres, pero con el interés por delante de los que se quedan en la Unión y de los comunitarios residentes en el Reino Unido. "El Gobierno alemán trabajará para que la salida del Reino Unido tenga la menor repercusión posible sobre los muchos ciudadanos comunitarios que viven en Reino Unido", aseguró la canciller alemana, Angela Merkel, quien también priorizará un acuerdo sobre el 'brexit' y que "sólo cuando esto se resuelva", se empiece a hablar sobre la "relación futura".

Desde La Valeta, en donde se celebra una reunión de los líderes del Partido Popular Europeo (PPE), el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, subrayó que su prioridad será la de "minimizar la incertidumbre creada" por la decisión británica en los ciudadanos y en las empresas. Rajoy envió también un mensaje de "tranquilidad, confianza y serenidad" a los ciudadanos españoles que viven en ese país y a todos los británicos que viven en España.

En Lisboa, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, abogó por aprovechar "el momento difícil" del "brexit" para "responder de forma decidida a los desafíos" que enfrentan los socios europeos. En Dublín, el Gobierno irlandés afirmó que el "brexit" tendrá "consecuencias políticas, económicas y sociales significativas" para Irlanda, aunque confió en amortiguar ese impacto durante las negociaciones.

Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, declaró que el 'brexit' "será doloroso para los británicos". Tras dirigirse a la comunidad francesa de Yakarta (Indonesia), el presidente afirmó a los medios que la única solución para Europa es "continuar hacia adelante", y aseguró que el final de la salida británica de la Unión Europea (UE) acabará con un acuerdo comercial que desea "beneficioso para ambas partes". Hollande remarcó la necesidad de que el 'brexit' no se extienda por más de dos años, en un proceso que calificó de "irreversible" y para el que descartó la posibilidad de un "sistema intermedio" para la salida británica.

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