El príncipe Harry y Meghan, duquesa de Sussex, posan junto a su recién nacido en Windsor (Reino Unido)

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BAUTIZO REAL

Los duques de Sussex bautizan a su hijo Archie en el castillo de Windsor

El bebé de dos meses vestirá el tradicional faldón bautismal utilizado por más de 60 miembros de la familia. Se trata de una ceremonia privada de la que han trascendido pocos detalles.

Los duques de Sussex celebran en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, el bautizo de su hijo Archie. Se trata de una ceremonia privada a la que asistirán familiares y amigos cercanos, y apenas han trascendido los detalles.

Los padres, Enrique y Meghan, han aportado muy poca información sobre la celebración del bautizo y ni siquiera se conoce el nombre de los padrinos del primogénito de la pareja, el séptimo en la línea de sucesión a la corona británica. Aunque sí ha trascendido que los padrinos "son amigos de la pareja", pero no personajes públicos.

Enrique y Meghan han diseñado una ceremonia sin la presencia de los medios de comunicación, al contrario de lo que hicieron los duques de Cambridge con sus tres hijos, porque quieren mantener a su hijo como un "ciudadano privado", según han explicado los medios de este país.

En el bautizo de Archie tampoco estará presente la bisabuela del pequeño, la reina Isabel II de Inglaterra, quien indicó que tiene otros compromisos. No es algo inédito en la monarca, ya que el año pasado tampoco asistió al bautizo de su bisnieto el príncipe Louis.

Entre los invitados estará el príncipe Carlos y su esposa Camila; Guillermo y Catalina; y la madre de Meghan, Doria Ragland; así como un grupo de amigos cercanos a los duques de Sussex.

Al final del evento, los padres de Archie tienen previsto compartir algunas de las imágenes del bautizo. En las últimas semanas, los duques de Sussex han sido criticados por mantener la ceremonia alejada de los medios tras publicarse que gastaron 2,6 millones de euros de fondos públicos para restaurar Frogmore Cottage, la que será su nueva residencia en Windsor.

La biógrafa real, Penny Juror, consideró un "error" la decisión de la pareja de querer mantener la ceremonia y el bautizo en privado tras haber gastado millones de dinero público en la restauración de su nuevo hogar.

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