Carnicería de Brasil

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DURO GOLPE PARA EL SECTOR EN BRASIL

Desmontan una red en Brasil que vendía carne adulterada y en mal estado pero con buen aspecto

Esas prácticas implicaban el uso de químicos para mejorar el aspecto de las carnes, la falsificación de etiquetas con la fecha de caducidad o la utilización de alimentos no adecuados para el consumo en la elaboración de embutidos, entre muchas otras irregularidades.

Brasil ha reforzado los controles e inspecciones a empresas alimenticias tras el escándalo generado por una mafia que adulteraba carnes, cuya dimensión pudiera afectar el comercio de uno de los mayores exportadores mundiales de ese sector.

Fiscales de la sanidad alimentaria recorrieron las instalaciones de una treintena de empresas que son blanco de una investigación de la Policía, que descubrió una banda integrada por agentes públicos y directivos de empresas que adulteraba carnes ya caducadas con métodos que sembraron indignación en el país.

Esas prácticas implicaban el uso de químicos para mejorar el aspecto de las carnes, la falsificación de etiquetas con la fecha de caducidad o la utilización de alimentos no adecuados para el consumo en la elaboración de embutidos, entre muchas otras irregularidades.

Al menos tres procesadoras de carne fueron clausuradas hoy y otras 21 estaban bajo sospecha, según informó el Ministerio de Agricultura, que no oculta la preocupación económica generada por el escándalo, pues las prácticas corruptas afectaban tanto a productos dirigidos al mercado local como al exterior.

"Ese problema afecta y afectará a todos. No sé cuáles serán las consecuencias, pero vamos a tener problemas", dijo el ministro brasileño de Agricultura, Blairo Maggi, a la sazón un poderoso empresario del sector agrícola.

Biaggi ha confirmado que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, dos de los principales destinos de la carne brasileña, han pedido información sobre el escándalo, que podría repercutir en los mercados externos.

El ministro admitió que el asunto "daña la imagen" de Brasil, pero subrayó que en el país hay 4.000 empresas cárnicas y que pese a que algunas de las mayores son sospechosas, sólo una treintena está bajo investigación.

Aún así, reconoció que "cuando una se corrompe, lamentablemente el país entero paga la cuenta. Y no solo por los productores o la imagen externa, sino también por la desconfianza que se genera en el consumidor interno".

Por lo pronto, la mafia de la carne ya ha golpeado con fuerza a tres de las grandes empresas del sector, cuyo valor de mercado se derrumbó este viernes con las primeras informaciones sobre el caso. Según cálculos de analistas financieros publicados hoy por el diario O Globo, el valor de mercado de JBS, BRF y Marfrig, tres de los gigantes cárnicos de Brasil, perdió un total de 5.900 millones de reales (1.900 millones de dólares) en un día en la Bolsa de Sao Paulo.

Según datos oficiales, Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo, el cuarto en porcino, y las ventas externas de esos tres sectores representaron el año pasado el 7,2 % de ese comercio, con un 11.600 millones de dólares.

El impacto financiero de esa mafia aún es incierto, pero llega en momentos en que la economía brasileña empieza a dar tibias señales de recuperación, tras haberse sumergido los dos últimos año en una severa recesión, la peor registrada en el país desde 1930.

En 2015, la economía se encogió un 3,8 % y en 2016 se contrajo otro 3,6 %, aunque los analistas de mercado esperan para este año una ligera recuperación y apuestan a un crecimiento del 0,48 %

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