Cristina Fernández de Kirchner, condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por corrupción

Condena de carácter histórico la emitida por la justicia en Argentina. Cristina Fernández de Kirchner, la todopoderosa mujer que fue presidenta del país durante ocho años y ejercía como vicepresidenta desde 2019, irá a prisión. La sentencia emitida en su contra estipula que ha sido condenada a seis años de cárcel por corrupción, en una condena que también acarrea una pena de inhabilitación perpetua para ejercer cualquier cargo público.

Con esta sentencia, Kirchner queda abocada a abandonar su cargo en la vicepresidencia y Alberto Fernández habrá de elegir a su sucesor. La sentencia ha llegado tras numerosos ataques de Kirchner a la justicia, insinuando que ya había preparada una sentencia contra ella antes de que se diera el veredicto final, y de denunciar una persecución política hacia su persona, sin haber aportado ninguna prueba al respecto en ambas acusaciones.

Kirchner, que lleva mucho tiempo en el ojo del huracán, fue la principal noticia del mundo hace tres meses cuando un individuo trató de disparar contra ella, sin que la bala se disparara. Gran parte de sus detractores la acusaron de orquestar un montaje para desviar la atención mediática. Las huellas del atacante tardaron varias horas en aparecer después de que la Policía no fuera capaz de localizarlas y su teléfono móvil se reseteó sin capacidad de poder recuperar ningún dato.

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Desde hace semanas, es bien sabido que los partidarios de Cristina Fernández de Kirchner pretenden echarse a la calle para protestar contra la sentencia, dando por hecho que iba a ser condenada, como ella preveía acusando a la justicia de tener lista la sentencia antes de tiempo. Ahora, y con la sentencia definitiva ya publicada, Kirchner está obligada a abandonar su cargo para cumplir con la sentencia a la que ha sido condenada.

La todavía vicepresidenta, lejos de aceptar la condena, ha publicado un solo tweet en el que dice: "¿Lafware? ¿Partido judicial? Mafia y Estado paralelo". Mientras sus seguidores le han brindado su firme apoyo, sus detractores le han recordado la muerte en extrañas circunstancias del fiscal Nisman, que fue uno de los encargados de investigarla, y que murió asesinado en 2015, sospechándose que alguien cercano al círculo de Kirchner pudo encargar su muerte para evitar que indagara en sus pesquisas.

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