Corea del Norte

Corea del Norte muestra su poderío militar con un nuevo desfile y Kim Jong-un promete "un ejército invencible"

El desfile militar contó con simulacros de peleas entre soldados y ejercicios en los que se partían bloques de piedra y bates en la espalda y abdomen de algunos reclutas. Kim Jong-un culpó a EEUU del origen de la disputa entre la dos Coreas.

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Corea del Norte ha querido volver a mostrar su poderío militar con un nuevo desfile en el que el líder norcoreano, Kim Jong-un, ha prometido un "ejército invencible". La parada ha contado en esta ocasión con simulacros de peleas entre soldados y ejercicios en los que se partían bloques de piedra y bates en la espalda y abdomen de algunos reclutas.

Kim Jong-un ha defendido en un discurso el derecho de su país a desarrollar armamento para defenderse de "fuerzas hostiles" y asegurado que Washington aún no ha demostrado que su política hacia Pionyang haya cambiado.

"EEUU es hostil"

En una alocución pronunciada en una exposición de armamento y publicada el martes por la agencia estatal KCNA, Kim ha asegurado que "EEUU ha venido señalando repetidamente que no es hostil hacia nuestro país", pero que de momento no se han dado "comportamientos que demuestren que no lo es".

"Debemos ser fuertes por el bien nuestros descendientes. Ante todo tenemos que ser fuertes", ha añadido Kim. Sus palabras llegan menos de dos semanas después de que Corea del Norte probara un nuevo misil antiaéreo, lo que supuso su cuarto test de este tipo en el mes de septiembre.

Escalada armamentística

Pionyang y Seúl han dado muestras desde el verano de una creciente escalada armamentística en la península coreana, mientras el régimen sigue rechazando las ofertas de diálogo sin condiciones de Washington -que asegura que no tiene intenciones hostiles- para reavivar el diálogo sobre desnuclearización, estancado desde 2019.

Durante la exposición, celebrada para conmemorar el 76 aniversario del partido único norcoreano, Kim ha indicado que "las amenazas militares" que encara su país son "diferentes a las de hace diez, cinco o tres años" y ha señalado a EEUU como "origen" del conflicto en la península, el cual no puede "solucionarse fácilmente".

A su vez, ha vuelto a acusar a Seúl, con quien Pionyang retomó las comunicaciones recientemente, de usar un "doble rasero" al fortalecer sus capacidades militares y ejecutar maniobras combinadas con Washington mientras califica las pruebas de armamento norcoreanas de "provocación" y "amenaza".

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