El caso del 'Cisne Negro': la mujer que tiroteó a su marido para quedarse la custodia de su hijo

Ashley y Douglas se conocieron en 2016 en una cena política de alto nivel. Apenas 13 días después de su primer encuentro, decidieron casarse. Douglas, quien ya tenía hecha una vasectomía, decidió por revertir el procedimiento a petición de Ashley, y tres meses después ella se quedó embarazada. Sin embargo, según la fiscal adjunta Suzanne O’Donnell, fue a partir de ese momento cuando empezaron a producirse los problemas entre ambos.

Durante su embarazo, Ashley se mudó desde su residencia en Carolina del Sur a Bradenton, Florida, para vivir con su madre. Aunque la pareja mantuvo una relación a larga distancia durante algún tiempo, el vinculo entre ambos se fue deteriorando. Mientras Ashley trataba de sacar adelante su propia compañía de ballet, de la cual recibe su apodo de cisne negro, acabó fracasando. A partir de ahí comenzó a acusar a Douglas de envenenarla y de maltratarla. Ninguna de estas acusaciones fue respaldada por pruebas y todas las denuncias que presentó fueron archivadas por las autoridades.

El 27 de septiembre de 2020, todo acabó con un enfrentamiento fatal. Según los testimonios recopilados durante el juicio, Ashley disparó cuatro veces contra Douglas en el dormitorio de su casa. Tras el tiroteo, Ashley fue a la casa de su vecino, John Sant, y le dijo que había disparado a su esposo porque este la había atacado. Sant llamó al 911, y cuando las autoridades llegaron, encontraron a Douglas en el suelo del dormitorio. Tenía una herida de bala en la pierna y otra que había atravesado su brazo y entrado en su cavidad torácica, lo que le causó la muerte. Fue declarado muerto a las 9 p.m.

Las investigaciones dirigidas por el detective Justin Warren revelaron detalles contradictorios con la versión de Ashley. Según los informes forenses, no parecía que Douglas hubiera adoptado una postura defensiva o que estuviera atacando a Ashley en el momento de los disparos. Además, Ashley no presentaba lesiones significativas que apoyaran su alegato de defensa propia, salvo un pequeño rasguño que los investigadores describieron como "viejo y leve".

Durante el juicio, uno de los puntos clave fue la revelación de que Ashley llevaba un arma la noche en que conoció a Douglas en el evento político en 2016. En el estrado, admitió que tenía un arma escondida en su sujetador y que a menudo se jactaba de poseer varias armas. Esto fue usado por la fiscalía para cuestionar la credibilidad de su alegato de defensa propia, sugiriendo que Ashley tenía una predisposición a la violencia y que el ataque había sido premeditado.

El juicio concluyó el 30 de julio , cuando Ashley Benefield fue declarada culpable de homicidio. La fiscal Suzanne O'Donnell argumentó que el motivo detrás del crimen fue el deseo de Ashley de mantener la custodia exclusiva de su hija y convertirse en madre soltera. De hecho, antes del asesinato, Ashley había presentado múltiples denuncias contra Douglas, incluyendo acusaciones de violencia doméstica y envenenamiento, aunque ninguna de ellas fue corroborada por las autoridades.

Las pruebas presentadas durante el juicio sugieren que Ashley había agotado todos los recursos legales para mantener a su hija alejada de Douglas. La fiscalía sostuvo que, al no poder lograrlo a través de los tribunales, Ashley decidió tomar medidas extremas, lo que llevó al tiroteo.

Actualmente, Ashley espera su sentencia, que está programada para el 22 de octubre. Se enfrenta a una posible condena de hasta 30 años de prisión. Los abogados de Ashley han solicitado un nuevo juicio, alegando mala conducta por parte del jurado, pero la fiscalía ha rechazado esas afirmaciones. Una audiencia está prevista para el 16 de septiembre, donde el juez decidirá si se concede o no un nuevo juicio.

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