Las fuertes lluvias monzónicas que azotan Filipinas en los últimos días están dejando ya un trágico balance de muertos, desaparecidos y destrozos materiales.
De momento, se han contabilizado cinco muertos y siete desaparecidos por las inundaciones y los corrimientos de tierra que sepultan bajo una capa de barro y agua casas y aldeas enteras.
Estas víctimas mortales se suman a las 53 de la semana pasada por la tormenta tropical 'Saola', que afectó a la mitad norte del archipiélago antes de desplazarse hacia Taiwan y China.
El presidente del país, Benigno Aquino, ha ordenado el cierre de los colegios, los centros de trabajo privados y las oficinas gubernamentales, excepto las agencias de emergencia que atienden a miles de evacuados.
En algunas calles en las que el agua cubre hasta más arriba de la cintura, las autoridades locales han puesto barcas a disposición de los vecinos para que puedan salir de sus casas en busca de alimentos.
Sólo en la región de Manila al menos 28.000 personas han tenido que ser evacuadas. Al menos 28.000 personas han tenido que ser evacuadas en toda la región de Manila.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad ha puesto en alerta a todos los centros sanitarios gubernamentales para atender a las posibles víctimas de las inundaciones.
