El primer ministro británico, David Cameron, ha comparecido ante la prensa para informar acerca de la situación que atraviesa su país tras las últimas detenciones y altercados de la pasada madrugada, y que se vienen repitiendo desde el sábado.
"Necesitábamos una respuesta y hemos respondido con firmeza", ha afirmado Cameron tras una reunión con su gabinete de crisis, aunque dada la persistencia de los actos vandálicos, también ha anunciado medidas más duras. Además del incremento de Policía en las calles, la policía tendrá apoyo legal para emplear cualquier táctica que ayude a acabar con los disturbios. "Usaremos cañones de agua contra ellos", ha afirmado.
En la misma línea que sus declaraciones anteriores, Cameron asegura que hará todo lo posible para "restablecer el orden en las calles", condena la actitud de los participantes en los disturbios y afirma rotundo que sus actos tendrán consecuencias: "Las personas detenidas por participar en los disturbios serán enviadas a prisión".
"No permitiremos que una cultura del miedo prevalezca en nuestras calles", ha apuntado el primer ministro tras reunirse por segundo día consecutivo en Downing Street con su gabinete de crisis para evaluar el efecto de la respuesta a la violencia callejera.
"Desafío nuevo"
David Cameron ha rechazado que la Policía respondiera con lentitud a los disturbios, incidiendo en que se enfrenta a un "desafío nuevo" con "gente distinta que está haciendo lo mismo en distintos lugares". Lo ocurrido, con "saqueos agresivos" en distintas ciudades, hace plantearse si las tácticas policiales empleadas hasta ahora para abordar este tipo de hechos deben modificarse.
